Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Era esperable un cambio en la presidencia de la Nueva EPS. José Fernando Cardona llevaba en el cargo desde 2009 y su gestión, que ha sido celebrada como un referente en un sistema de salud aquejado de problemas, posicionó a la entidad como un buen ejemplo de gobierno corporativo y de cooperación entre el Estado y los privados. Sin embargo, con un Gobierno nacional que tiene una visión muy particular sobre cómo debe operar el sistema, era natural que hubiese un cambio en la dirección. El reto que ahora asume Aldo Cadena es mantener las buenas prácticas y fortalecer a la EPS, para que los años de trabajo no se pierdan.
Nueva EPS es la más grande del país. Tiene 4,78 millones de afiliados del régimen contributivo y 5,7 millones del régimen subsidiado. En 2022 tuvo ingresos por $14,7 billones. Más importante aún, es la muestra de un experimento exitoso en el manejo de los recursos públicos y privados, al ser propiedad mixta entre el Estado —que tiene la mitad menos una de las acciones— y varias cajas de compensación —Positiva Compañía de Seguros S. A., Cafam, Colsubsidio, Compensar y Comfenalco Valle—, que tienen la mayoría accionaria. A lo largo de los años, a medida que varias EPS se han ido quebrando por malos manejos, Nueva EPS se convirtió en la receptora principal de los afiliados, garantizando así el cumplimiento de los derechos de los colombianos. Por eso cualquier cambio en la entidad prende las alarmas: no se puede echar por la borda el buen trabajo realizado hasta ahora.
No compartimos, hay que decirlo, el catastrofismo con el que algunos sectores recibieron el nombramiento de Cadena. Es cierto que el Gobierno nacional ha adoptado estrategias hostiles para materializar sus propuestas y su voluntad, pero, de nuevo, tiene sentido que quiera intentar demostrar cómo puede funcionar una gran EPS volcada al servicio de lo público. Lo fundamental es que se respeten las normas del gobierno corporativo, se reconozca lo que se ha construido y que Nueva EPS siga siendo un ejemplo para mostrar de una empresa semipública. Más allá del ascendente político del nuevo director, no puede repetirse lo ocurrido en Capital Salud cuando Cadena estuvo supervisándola. Las rencillas con el capital privado y el mal manejo de la crisis financiera son tachas preocupantes en su historial.
La pregunta abierta es qué ocurrirá con la reforma a la salud que entra a debates en el Senado. En ella se destinan más de $3 billones adicionales para la Nueva EPS, que se convertiría en la receptora de los millones de afiliados que se quedarían sin sus EPS. El problema es que el trámite político está embolatado e incluso si se aprueba hay dudas sobre si la reforma sobrevive a un estudio constitucional en la Corte. En ese marco, el nuevo presidente debe comprender que la Nueva EPS está necesariamente atada por unos años al modelo actual y que, por tanto, su mirada debe estar puesta primero en la estabilidad de la empresa antes que en forzar el cambio de modelo que pretende el Gobierno de Gustavo Petro. Sin perjuicio, por supuesto, de que en el camino, como es apenas lógico, pueda demostrar que una entidad de naturaleza pública puede tener la fortaleza para soportar buena parte del sistema e implementar un enfoque diferente de sus prioridades.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.
Nota del director. Necesitamos de lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.