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Claroscuros de una cumbre deslucida

El Espectador

12 de noviembre de 2025 - 12:00 a. m.
La ideologización de estos espacios y su uso para beneficio personal, como lo quiso hacer el presidente Petro, no conducen a resultados positivos.
Foto: EFE - Carlos Ortega

La reciente Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), en Santa Marta, no cumplió con las expectativas. Se adoptó una declaración genérica y descafeinada sin señalar países específicos. No asistieron la mayoría de los jefes de Estado o de Gobierno europeos ni latinoamericanos. Cuando más se necesita una acción regional con diferentes actores del mundo dentro del respeto a la diferencia, la excesiva ideologización del presidente Gustavo Petro en su actuar internacional fue uno de los principales obstáculos para el éxito de la reunión, a pesar de que él mismo considerara el encuentro como un éxito.

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Entre los aspectos positivos y con resultados concretos, Colombia recibió 500 millones de dólares, dentro de los cuales se destaca la aprobación de 300 millones para modernizar aeropuertos por parte del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, que también anunció un plan de financiamiento por 40.000 millones de dólares que busca acelerar la transición verde en la región. La presidenta del Banco Europeo de Inversiones ratificó además un proyecto para Colombia por 200 millones de dólares destinado a energía solar. Son muy buenas noticias.

Más allá del resultado final, reunir a 60 países ya es un logro. Las delegaciones asistentes aprobaron, salvo Venezuela y Nicaragua que no firmaron, un texto consensuado luego de un largo proceso de negociación. Se considera que obtener un resultado de 52 párrafos, con tantos temas de interés sobre la mesa, es destacable, pues demuestra que hay dos regiones con visiones similares del mundo que respaldan el multilateralismo. Lo anterior en un momento en que algunas potencias privilegian el unilateralismo y el uso de la fuerza. António Costa, presidente del Consejo Europeo, valoró el hecho de que “a pesar de tener aquí países con orientaciones ideológicas muy distintas, logramos tener una posición conjunta sobre las cuestiones más críticas del momento”.

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Entre los aspectos que deslucieron la Cumbre, empero, estuvo la escasa asistencia de personalidades de alto nivel, termómetro diciente de la importancia que se le concede al evento. Por la región tan solo estuvieron el anfitrión, Gustavo Petro, y el presidente brasileño, Luis Inacio Lula da Silva. La ausencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de Chile, Gabriel Boric, o de Uruguay, Yamandú Orsi, este último que recibía la presidencia pro témpore de manos de Colombia, fueron visibles por pertenecer al llamado bloque progresista. Más explicable fue la ausencia de los jefes de Estado de Argentina, Ecuador, Perú, Paraguay o El Salvador, que se ubican en un bloque ideológico de derecha o de extrema derecha. Como lo expresara con realismo Lula da Silva, “América Latina y el Caribe atraviesan una profunda crisis en su proyecto de integración. Nos hemos convertido nuevamente en una región balcanizada y dividida, más centrada en el exterior que en el interior (…) Nuestras cumbres se han convertido en un ritual vacío, con la ausencia de líderes regionales clave”. Del lado europeo, solo asistieron el presidente español y los primeros ministros de Portugal y de los Países Bajos. La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, canceló su participación pocos días antes. Como mencionó una analista, un país que no hace parte de la Celac fue el que tuvo mayor participación tras bambalinas presionando aliados en la región y en Europa para que no asistieran a Santa Marta, y lo logró: Estados Unidos.

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Con la reciente suspensión de la Cumbre de las Américas en República Dominicana y el pobre resultado de la Cumbre en Santa Marta, valdría la pena que los países analizaran más a fondo la periodicidad y pertinencia de dicho tipo de eventos. La ideologización de estos espacios y su uso para beneficio personal, como lo quiso hacer el presidente Petro, no conducen a resultados positivos.

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