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El presidente Iván Duque está acompañando sus promesas de protección ambiental ante el mundo con buenos pasos para volverlo en práctica. Después de su discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde posicionó a Colombia como un aliado estratégico en la lucha contra el cambio climático, ahora anunció la intención de lograr que el cañón del Chicamocha y el páramo de Sumapaz sean aprobados como Patrimonio de la Humanidad, con todos los derechos y responsabilidades que eso conlleva. Esperamos que el impulso del Ejecutivo termine en buenos resultados, que también ayuden a cambiar la manera en que los colombianos se relacionan con sus recursos naturales.
“Desde el Gobierno Nacional y con el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa”, escribió el presidente Duque en su cuenta de Twitter, “vamos a trabajar intensamente para que el cañón del Chicamocha y el páramo de Sumapaz sean declarados Patrimonio de la Humanidad. Se trata de dos lugares mágicos de nuestro país que debemos proteger”.
Estamos de acuerdo. Desde 2012, la Unesco aprobó el estudio del cañón y expertos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB) encontraron que cumplía con los requisitos para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. El cañón, que tiene 1.200 metros de profundidad y 227 kilómetros de largo, también permite evidenciar la evolución histórica de la tierra desde el período precámbrico y es hogar de ecosistemas que albergan altos niveles de endemismo y fauna.
Por el lado del páramo de Sumapaz, con 333.420 hectáreas, es el mayor del mundo. Se trata de una fuente hídrica fundamental para Bogotá y Cundinamarca. Que se incluya en la solicitud tiene una importancia clave. Actualmente, el debate en Colombia gira en torno a la resignificación del “progreso”. Estamos pasando de una idea del siglo pasado, que veía la explotación de los recursos naturales a través de proyectos extractivistas como la mejor manera de enriquecer al país, a una versión mucho más consciente de que la sostenibilidad ambiental es la clave para el futuro inmediato de Colombia, así como nuestra única herramienta para enfrentar el cambio climático. En ese marco, la pelea por el agua y su protección ha convocado a distintos sectores de la sociedad. Nuestro país también tiene el deshonroso puesto de ser el segundo en el mundo con más asesinatos de defensores ambientales. Por eso, que desde el Gobierno se envíe este mensaje inequívoco de preservación es una gran noticia.
En Noticias Caracol, Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Ambiente, dijo que “la Unesco declara como Patrimonio de la Humanidad aquellos lugares únicos de la arquitectura, aquellos paisajes excepcionales y aquellos lugares de la naturaleza que tengan esos valores ecológicos, y esos requisitos los cumplen el cañón del Chicamocha y el páramo de Sumapaz”. Ya ante la ONU el presidente Duque había dicho que así “como hemos liderado acciones para proteger la Amazonia, los bosques tropicales y los océanos, queremos convocar a todas las naciones del planeta para que protejamos los ecosistemas de alta montaña”. Se trata de un liderazgo mundial que estamos llamados a tener.
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