Fue un año inspirador para el deporte colombiano. Mientras Colombia está en la búsqueda de referentes que ayuden a unir a un país polarizado y herido, entre otras cosas, por el estallido social de abril y mayo, una y otra vez los atletas nacionales nos dieron señales de cómo construir un futuro más incluyente. Ayer fue la premiación del Deportista del Año, el reconocimiento deportivo con más tradición de Colombia, que es organizado por El Espectador y Movistar. Ver la lista de los homenajeados es encontrarse con muestras de que la esperanza y la disciplina producen resultados extraordinarios.
La historia más importante del año, quizá, fue la del Comité Paralímpico Colombiano. No es para menos. Las 24 medallas y los 41 diplomas olímpicos son una participación histórica. Todos y cada uno de los ganadores tienen una historia de disciplina, adversidad e inspiración. Lo más interesante para la construcción de país, quizá, se encuentra en algo que comprobaron nuestros atletas paralímpicos: cuando hay inversión estatal y se crean planes a largo plazo con acompañamiento, los colombianos aprovechan las oportunidades que se les den.
Por eso, Julio César Ávila, presidente del Comité Paralímpico Colombiano, ganó el homenaje como el Mejor dirigente deportivo del último año. Su labor fue clave para el triunfo en Tokio 2020 y, especialmente, para demostrar la eficacia de los procesos de largo aliento. Hablando de los atletas, José Gregorio Lemos, Carlos Daniel Serrano y Nelson Crispín fueron premiados. Crispín se llevó el premio mayor por haber obtenido un oro, dos platas y un bronce. El galardón Vida y Obra fue para Moisés Fuentes, quien en Tokio 2020 consiguió su cuarto podio paralímpico consecutivo.
Otro premio que deja mensajes es el que se llevó Mariana Pajón. La mejor deportista femenina de 2021, tenía todas las probabilidades en contra. Sufrió una lesión muy complicada. Sin embargo, se levantó, emocionó al país y obtuvo una medalla de plata. Con eso cerró su participación histórica en Juegos Olímpicos: tres medallas en tres certámenes distintos. Acompañándola como Deportista del Año masculino, Anthony Zambrano, ganador de presea de plata en 400 metros planos, también le muestra al país las bondades de la disciplina y de insistir.
Podríamos seguir, por supuesto, con tantos nombres: Egan Bernal, Óscar Rivas, Sandra Lorena Arenas, Luz Karime Garzón, Kollin Castro. Y nos quedamos sin suficientes premios para todos los que brillaron en 2021, justo después de pandemia, en medio de un reto aún mayor.
Lo clave, nos parece, es ver que Colombia sí tiene referentes para seguir. Llegamos a ese premio después del escándalo del Unión Magdalena y de la investigación contra la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor). Pero lo infame no puede opacar la realidad de quienes le entregan su vida al deporte. Su determinación, su capacidad de trabajar en equipo y de construir en donde hay pocas posibilidades son un reto al resto del país: ¿podemos seguir mejorando las políticas para quienes quieran seguir sus pasos? Ya vimos cómo las inversiones dan grandes resultados.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.
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Fue un año inspirador para el deporte colombiano. Mientras Colombia está en la búsqueda de referentes que ayuden a unir a un país polarizado y herido, entre otras cosas, por el estallido social de abril y mayo, una y otra vez los atletas nacionales nos dieron señales de cómo construir un futuro más incluyente. Ayer fue la premiación del Deportista del Año, el reconocimiento deportivo con más tradición de Colombia, que es organizado por El Espectador y Movistar. Ver la lista de los homenajeados es encontrarse con muestras de que la esperanza y la disciplina producen resultados extraordinarios.
La historia más importante del año, quizá, fue la del Comité Paralímpico Colombiano. No es para menos. Las 24 medallas y los 41 diplomas olímpicos son una participación histórica. Todos y cada uno de los ganadores tienen una historia de disciplina, adversidad e inspiración. Lo más interesante para la construcción de país, quizá, se encuentra en algo que comprobaron nuestros atletas paralímpicos: cuando hay inversión estatal y se crean planes a largo plazo con acompañamiento, los colombianos aprovechan las oportunidades que se les den.
Por eso, Julio César Ávila, presidente del Comité Paralímpico Colombiano, ganó el homenaje como el Mejor dirigente deportivo del último año. Su labor fue clave para el triunfo en Tokio 2020 y, especialmente, para demostrar la eficacia de los procesos de largo aliento. Hablando de los atletas, José Gregorio Lemos, Carlos Daniel Serrano y Nelson Crispín fueron premiados. Crispín se llevó el premio mayor por haber obtenido un oro, dos platas y un bronce. El galardón Vida y Obra fue para Moisés Fuentes, quien en Tokio 2020 consiguió su cuarto podio paralímpico consecutivo.
Otro premio que deja mensajes es el que se llevó Mariana Pajón. La mejor deportista femenina de 2021, tenía todas las probabilidades en contra. Sufrió una lesión muy complicada. Sin embargo, se levantó, emocionó al país y obtuvo una medalla de plata. Con eso cerró su participación histórica en Juegos Olímpicos: tres medallas en tres certámenes distintos. Acompañándola como Deportista del Año masculino, Anthony Zambrano, ganador de presea de plata en 400 metros planos, también le muestra al país las bondades de la disciplina y de insistir.
Podríamos seguir, por supuesto, con tantos nombres: Egan Bernal, Óscar Rivas, Sandra Lorena Arenas, Luz Karime Garzón, Kollin Castro. Y nos quedamos sin suficientes premios para todos los que brillaron en 2021, justo después de pandemia, en medio de un reto aún mayor.
Lo clave, nos parece, es ver que Colombia sí tiene referentes para seguir. Llegamos a ese premio después del escándalo del Unión Magdalena y de la investigación contra la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano (Dimayor). Pero lo infame no puede opacar la realidad de quienes le entregan su vida al deporte. Su determinación, su capacidad de trabajar en equipo y de construir en donde hay pocas posibilidades son un reto al resto del país: ¿podemos seguir mejorando las políticas para quienes quieran seguir sus pasos? Ya vimos cómo las inversiones dan grandes resultados.
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