La victoria del domingo pasado en las urnas, que le permitió al candidato derechista Daniel Noboa ser reelecto, es un rechazo al correísmo, representado por la candidata perdedora Luisa González, quien denunció fraude. A pesar de que las encuestas preveían un resultado parejo, la estrategia oficialista de explotar el temor del regreso al pasado funcionó de la manera prevista al darle una ventaja de más de diez puntos. El voto de la tercera edad ayudó a inclinar la balanza. Los retos que tendrá que enfrentar Noboa son muchos, especialmente en materia de seguridad y economía, pues su desempeño hasta ahora, en esos campos, no ha sido el esperado.
El reelecto presidente asumió en noviembre de 2023, con 35 años, sin mayor experiencia política y siendo el heredero de la mayor fortuna del país, en elecciones generales anticipadas. Triunfó con la promesa de utilizar la mano dura contra la inseguridad y mejorar las condiciones económicas del país. Los carteles de la droga mexicanos y narcotraficantes colombianos habían aprovechado la ubicación privilegiada de Ecuador, la infraestructura portuaria y una permisividad inicial de las autoridades que condujo al desborde de la violencia. Desde que asumió puso en práctica el Plan Fénix, que permitió la intervención de las Fuerzas Armadas en cárceles y calles, con alguna mejoría inicial. La situación de inseguridad ha tenido un peligroso repunte en lo que va corrido del año, con un incremento inusual del número de asesinatos asociados al narcotráfico.
Como lo mencionamos en este diario, 2023 fue el peor año en la historia de ese país, con 44 homicidios por cada 100.000 (la media mundial es de 22). Entre enero y febrero del presente año hubo 1.529 muertes violentas, con un promedio de 26 homicidios diarios. De esta manera, Ecuador pasó de ser un remanso de paz a ser el país más violento de América Latina. La declaración del toque de queda en siete de las 24 provincias y el aumento inusitado de muertes en estos meses demuestran que las medidas adoptadas no fueron la respuesta efectiva que se esperaba.
En lo económico, en el país vecino se presentan varios hechos que Noboa deberá enfrentar. El año anterior concluyó con un gran déficit fiscal y la contracción económica que dejó la crisis energética, así como el incremento de la violencia y la incertidumbre política. Como la inversión pública y privada no repuntaron, la alternativa es el financiamiento externo, vía deuda, pero el margen de hacerlo es mínimo. La baja inflación, que se podría ver como un buen indicador, es producto de una economía dolarizada. De igual manera, la informalidad laboral, los bajos niveles de consumo y la pobre actividad económica lo ubican en el último lugar en desempeño regional.
Así se explica cómo, a pesar de una gestión no muy eficiente, los electores tuvieron en cuenta la promesa de que se aplicará más mano dura contra la violencia y, en especial, frente al temor de que el correísmo regresara al país. El expresidente Rafael Correa está exiliado en Bélgica, pues sobre él pesa una condena por supuesta corrupción. En plena campaña expresó su apoyo a un autócrata como Nicolás Maduro. El miedo a convertirse en “Ecuazuela” caló hondo en el electorado.
Para el nuevo cuatrienio Daniel Noboa ha anunciado que llevará a cabo una Asamblea Constituyente que modifique la Constitución, aprobada por Correa en 2008, y, a pesar de no tener mayorías parlamentarias, contará con unos 66 asambleístas en un total de 151. Son grandes los retos que tiene por delante.
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