Publicidad

El bloqueo a los TLC

CIFRAS REVELADAS ESTA SEMANA  por la Confederación Sindical Internacional señalan que en el año 2008 murieron violentamente 49 sindicalistas en Colombia. 

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
El Espectador
12 de junio de 2009 - 11:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Independientemente de la forma y las motivaciones que esos hechos deplorables hayan podido tener, esas cifras son preocupantes, trágicas, y deben ser atendidas y prevenidas con urgencia y prioridad. Como deben serlo todas las muertes violentas en Colombia cuyas cifras, como también lo mostró el informe de Medicina Legal esta semana, son alarmantes.

A pesar de las condiciones de violencia que vivimos todos los colombianos, incluidos campesinos, periodistas, sindicalistas, agricultores, empresarios, estudiantes y demás, es la muerte de los sindicalistas la que se ha impuesto como  obstáculo notable para la aprobación de los Tratados de Libre Comercio (TLC) de Colombia con Estados Unidos y con Canadá, y probablemente también lo sea con otros tratados que están en la agenda,  como el que se está negociando con la Unión Europea.

La pregunta —que ya se ha planteado antes en este espacio— es si el bloqueo de estos TLC —que son de los que tienen mayor potencial de comercio e inversión para Colombia— contribuye a solucionar el problema de seguridad de los sindicalistas. O, formulada de otra manera, ¿por qué razón es la seguridad de los sindicalistas  un obstáculo para la aprobación de dichos tratados, mas no la seguridad de todos los colombianos?  La respuesta es muy sencilla, es política, y los congresistas de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea la deben conocer bastante bien: esta situación refleja el uso por parte de algunos sectores de todos los argumentos posibles para obstaculizar —por razones proteccionistas— esta  iniciativa, en medio de una crisis económica mundial.

Si quienes se oponen a los TLC estuvieran genuinamente interesados en la seguridad de los sindicalistas colombianos, estarían proponiendo un conjunto de medidas bien distintas a obstaculizar el comercio y la inversión.  Y si el bloqueo a los TLC se termina imponiendo, lo que sus promotores lograrán será que Colombia esté más lejos de países como Chile —la estrella de América Latina—, más rezagada del llamado milagro peruano y más cerca de países que hoy en día han logrado enrarecer dramáticamente el funcionamiento de su economía, quedando con poco más que con la incertidumbre generalizada.

Guardadas las proporciones, bloquear los TLC por los atentados a la vida de los sindicalistas es como destruir la infraestructura del país para lograr más equidad:  se hace mucho daño y no se resuelve eficazmente el problema de seguridad del movimiento sindical.

Sin embargo, en este panorama sombrío hay algunas esperanzas.  La paciencia y la perseverancia del Gobierno colombiano siguen siendo destacables en este frente y es importante mantener la prudencia. Además, como lo manifestó recientemente el primer ministro canadiense, Stephen Harper, esta es una muy buena oportunidad para que los Congresos de Estados Unidos y Canadá demuestren con hechos —y no con palabras— que en estas épocas de dificultades no están dispuestos a caer en las garras del proteccionismo, que poco contribuiría a solucionar la crisis internacional  y mucho menos los problemas de seguridad de los sindicalistas colombianos.

Por El Espectador

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.