El Caribe se viste de cultura

Por un lado está el Hay Festival en Cartagena de Indias, evento que tuvo su primera edición en 2006. Por el otro, más hacia el nororiente del país, Curramba la Bella ofrece el Carnaval Internacional de las Artes, que también ha enriquecido a su público con folclor, sátira y colorido, desde hace cuatro años, al mejor estilo carnavalesco.

En Barranquilla se realizan encuentros como Barranquijazz, el Festival de Poesía “Poemarío”, el pre-Carnaval y el Carnaval de Barranquilla y el Festival Internacional de Poesía en el Caribe “Poetas del Mundo”. Curramba ha crecido hasta convertirse en una de las ciudades más influyentes culturalmente de nuestro país, por encima de lugares como Cali o Bucaramanga. Cartagena, como hoy ya es obvio, ofrece igualmente un amplio abanico de sucesos culturales: el Cartagena Festival Internacional de Música, el Festival Iberoamericano de Cuentería de Cartagena “Cuentiarte” y el Cartagena Jazz Festival, entre otros.

Desde el sector privado existe la sensación general de que el Carnaval Internacional de las Artes, precedido por el escritor y gestor cultural Heriberto Fiorillo y por el también escritor Efraím Medina, se ha convertido en la piedra en el zapato del Hay Festival en aspectos como la lucha por los financiadores o la exclusividad de los participantes. Y es que, en efecto, las dificultades son varias para los organizadores, pese a las diferencias en las propuestas culturales de cada ciudad.

Cartagena realiza un evento de iniciativa internacional, concentrado en la literatura y dirigido a un público especializado y de élite, aun cuando ofrece una programación para espectadores con un perfil diferente en las localidades con el “Hay Festivalito”. Barranquilla, en cambio, tiene un enfoque en la cultura popular e incluye otras áreas artísticas que van desde el teatro, la danza y la música, hasta la literatura y los audiovisuales.

La inauguración del Carnaval de las Artes de Barranquilla, el día de hoy, es en el Teatro Amira de la Rosa, donde se llevará a cabo un homenaje al escritor tolimense William Ospina, ganador del Premio Rómulo Gallegos con su novela El país de la canela. Habrá una amplia oferta para el público y diversos escenarios, que responden al carácter de la iniciativa local y autóctona del evento.

Ventaja esencial del Carnaval: se desarrolla en el marco del propio Carnaval de Barranquilla, que ha sido nombrado Patrimonio de la Nación y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, por parte del Congreso de la República y la Unesco, respectivamente. La invitación, como siempre, es a que se reflexione frente a la verdadera identidad del Carnaval, que, como lo sostiene Fiorillo, no es espectáculo, pachanga o feria. Es una fiesta popular, un momento para tomar el disfraz y decir y hacer lo deseado para después arrepentirse. “Días para voltear la realidad”.

De esta forma, si bien puede existir cierto nivel de competencia entre estos dos encuentros, lo importante está en la clara consolidación de ofertas culturales diferentes. Y ello pese a que no deja de representar una desventaja el hecho de que estas iniciativas se lleven a cabo de forma simultánea. Aún llegado el caso de la competencia por los financiadores, los públicos y los artistas, todo parece indicar que se aplicará el principio según el cual la competencia favorece al consumidor, que en este caso es el ciudadano de a pie, quien accede a mejores servicios culturales por cuenta de poder elegir entre una oferta más amplia y de mayor calidad.

Por un lado está el Hay Festival en Cartagena de Indias, evento que tuvo su primera edición en 2006. Por el otro, más hacia el nororiente del país, Curramba la Bella ofrece el Carnaval Internacional de las Artes, que también ha enriquecido a su público con folclor, sátira y colorido, desde hace cuatro años, al mejor estilo carnavalesco.

En Barranquilla se realizan encuentros como Barranquijazz, el Festival de Poesía “Poemarío”, el pre-Carnaval y el Carnaval de Barranquilla y el Festival Internacional de Poesía en el Caribe “Poetas del Mundo”. Curramba ha crecido hasta convertirse en una de las ciudades más influyentes culturalmente de nuestro país, por encima de lugares como Cali o Bucaramanga. Cartagena, como hoy ya es obvio, ofrece igualmente un amplio abanico de sucesos culturales: el Cartagena Festival Internacional de Música, el Festival Iberoamericano de Cuentería de Cartagena “Cuentiarte” y el Cartagena Jazz Festival, entre otros.

Desde el sector privado existe la sensación general de que el Carnaval Internacional de las Artes, precedido por el escritor y gestor cultural Heriberto Fiorillo y por el también escritor Efraím Medina, se ha convertido en la piedra en el zapato del Hay Festival en aspectos como la lucha por los financiadores o la exclusividad de los participantes. Y es que, en efecto, las dificultades son varias para los organizadores, pese a las diferencias en las propuestas culturales de cada ciudad.

Cartagena realiza un evento de iniciativa internacional, concentrado en la literatura y dirigido a un público especializado y de élite, aun cuando ofrece una programación para espectadores con un perfil diferente en las localidades con el “Hay Festivalito”. Barranquilla, en cambio, tiene un enfoque en la cultura popular e incluye otras áreas artísticas que van desde el teatro, la danza y la música, hasta la literatura y los audiovisuales.

La inauguración del Carnaval de las Artes de Barranquilla, el día de hoy, es en el Teatro Amira de la Rosa, donde se llevará a cabo un homenaje al escritor tolimense William Ospina, ganador del Premio Rómulo Gallegos con su novela El país de la canela. Habrá una amplia oferta para el público y diversos escenarios, que responden al carácter de la iniciativa local y autóctona del evento.

Ventaja esencial del Carnaval: se desarrolla en el marco del propio Carnaval de Barranquilla, que ha sido nombrado Patrimonio de la Nación y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, por parte del Congreso de la República y la Unesco, respectivamente. La invitación, como siempre, es a que se reflexione frente a la verdadera identidad del Carnaval, que, como lo sostiene Fiorillo, no es espectáculo, pachanga o feria. Es una fiesta popular, un momento para tomar el disfraz y decir y hacer lo deseado para después arrepentirse. “Días para voltear la realidad”.

De esta forma, si bien puede existir cierto nivel de competencia entre estos dos encuentros, lo importante está en la clara consolidación de ofertas culturales diferentes. Y ello pese a que no deja de representar una desventaja el hecho de que estas iniciativas se lleven a cabo de forma simultánea. Aún llegado el caso de la competencia por los financiadores, los públicos y los artistas, todo parece indicar que se aplicará el principio según el cual la competencia favorece al consumidor, que en este caso es el ciudadano de a pie, quien accede a mejores servicios culturales por cuenta de poder elegir entre una oferta más amplia y de mayor calidad.