Hoy, 15 de mayo de 2023, elPeriódico, un medio de comunicación incómodo para el poder guatemalteco, emite su última edición y deja de circular. Cierra tras meses de hostigamientos judiciales y económicos que llevaron a la captura de su fundador, el periodista José Rubén Zamora, en julio del año pasado, tras una imputación espuria. Esta captura perjudicó el financiamiento del medio, que aun así siguió funcionando, aunque solo de manera digital. “Nuestro equipo resistió 287 días de persecución, presiones políticas y económicas. Los embates no cesaron”, reza el comunicado donde se anuncia el cierre. El cese de actividades de elPeriódico es una pérdida para Guatemala, el periodismo y la democracia. En El Espectador reiteramos nuestra solidaridad con Zamora y los colegas del medio, cuya muerte lamentamos.
Consterna ver cómo continúa la persecución a quienes denuncian la corrupción y el abuso del poder en Guatemala. Tras la captura de Zamora, Flora Silva, gerente financiera de elPeriódico, fue capturada también. Un hijo de Zamora y otros ocho periodistas del medio, incluyendo a Julia Corado, su directora, están en el exilio. “Criminalizar el trabajo de los periodistas y de la sociedad civil socava las normas democráticas y el respeto a la libertad de expresión”, dijo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado estadounidense.
Es difícil no interpretar el proceder de la Fiscalía como una represalia, pese a que el fiscal contra la impunidad, Rafael Curruchiche, asegura que la captura de José Rubén Zamora fue por sus acciones como empresario, dueño de elPeriódico, y no como periodista. El fiscal Curruchiche fue el mismo que en enero abrió una investigación perversa contra Iván Velásquez, ministro de Defensa colombiano, por supuesta corrupción en el caso Odebrecht. Entre 2013 y 2019 Velásquez fue cabeza de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, auspiciada por la ONU, la cual en 2015 encontró pruebas suficientes para enviar a la cárcel por corrupción al entonces presidente Otto Pérez Molina y a Roxana Baldetti, su vicepresidenta. ElPeriódico, por cierto, fue el medio que en su momento tuvo esa primicia.
El caso contra Velásquez se basó en que él fue informado y dio aval a acuerdos de cooperación entre la justicia y exdirectivos de Odebrecht, quienes brindaban información clave para la investigación a cambio de ciertos privilegios en su proceso judicial: una práctica normal que, además, tenía el visto bueno del Ministerio Público guatemalteco. Se trata de otro caso fabricado que evidencia la persecución sistemática contra quienes denuncian corrupción en Guatemala. Curruchiche y su jefa, la fiscal general, Consuelo Porras, figuran en la Lista Engel del Gobierno estadounidense, donde se nombran funcionarios centroamericanos considerados “antidemocráticos y corruptos”. Los periodistas independientes en Guatemala han señalado a Curruchiche, a Porras y al presidente Alejandro Giammattei de ser artífices de la persecución en su contra.
Es tarea fundamental de la prensa independiente fiscalizar al poder político, como un perro guardián. La existencia de un ecosistema de medios libres garantiza una ciudadanía informada y apropiada de lo público.
Creemos que el cierre de medios y la persecución a periodistas y funcionarios judiciales son hechos vergonzosos para un sistema democrático y síntomas de una institucionalidad deteriorada en Guatemala. Por eso, suscribimos la postura de Michael Greenspon, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, quien dijo que “toda vez que cierra un medio se produce un serio retroceso para la democracia”.
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