Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              14 de abril de 2014 - 09:51 p. m.

                                                                                                                              El dolor ajeno

                                                                                                                              Hay que temer que en Colombia hayamos perdido la capacidad de comprender el dolor ajeno.

                                                                                                                              El Espectador

                                                                                                                              De intentar —siquiera— ponernos en los zapatos del otro. Que nos hayamos convertido en una sociedad en la que los ciudadanos son incapaces de respetarse y en donde un descuartizamiento se vuelve algo normal.

                                                                                                                              Debe indignarnos todo: tanto la sevicia de los criminales —algunos de ellos adolescentes apenas— como la indiferencia de quienes son testigos de la misma y se quedan callados. O lo que es peor: la justifican y aprueban. Desde el funcionario que asegura que una mujer fue abusada por vestirse provocativamente hasta quienes justifican un homicidio aduciendo que fue culpa de la víctima porque no era ‘ninguna perita en dulce’ o porque no estaba ‘recogiendo café’.

                                                                                                                              Tanto nos hemos acostumbrado en Colombia a sacar excusas para esta barbarie, que empezamos a verla como normal. No lo es. No es normal que se descuartice gente en Buenaventura o en Bogotá. Ni que masacren a campesinos. Ni que quemen a mujeres y hombres a la mejor usanza del medioevo.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Pero tampoco es normal —ni justo— que reduzcamos esta violencia a algo cotidiano o que hagamos de una joven asesinada brutalmente una simple ‘enmaletada’. Nada de eso: Tatiana Fandiño era una joven con sueños y aspiraciones que fue asesinada brutalmente y cuya muerte debe enlutarnos a todos. Que no lo haga puede que sea una muestra del nivel de indiferencia al que hemos llegado. No son ni ‘enmaletadas’ ni descuartizados y sus tragedias no son sólo suyas. ¿Acaso no deberíamos reconocer como una tragedia nacional que nos estemos matando de esta forma? ¿Un fracaso rotundo como sociedad?

                                                                                                                              Y hay que entender que no es suficiente con marchar o pedirle al Gobierno que aumente las penas y se llenen las prisiones con estos criminales. Los centros penitenciarios no pueden convertirse en el lugar para esconder nuestros problemas y hacer como si no existieran. No podemos esperar que los barrotes solucionen lo que como sociedad no hemos podido arreglar.

                                                                                                                              Lo primero es reconocer que esto no es normal y que, de alguna forma, todos tenemos la culpa de lo que está sucediendo.

                                                                                                                              Lo hemos repetido muchas veces en este espacio: estos sujetos no son enfermos sino miembros de una sociedad. El hecho es obvio: son criminales. Pero hay que preguntarse: ¿en qué tipo de hogares fueron criados? O, ¿cuál fue la educación que recibieron si es que lo hicieron? Las respuestas a estas preguntas nos pueden ayudar a comprender qué ha llevado a que en una sociedad como la nuestra se estén presentando casos tan aberrantes de violencia y si acaso en nuestras vidas hacemos algo que reproduzca esta locura colectiva.

                                                                                                                              De nada sirve marchar si en nuestros hogares no erradicamos aquello que reproduce esa violencia: el racismo, el clasismo, el machismo, la homofobia y otros tantos rezagos. De nada sirve marchar si en las calles somos violentos con el otro, si no lo reconocemos. Es una obviedad. Pero lastimosamente en Colombia hay que repetirlo hasta el hartazgo.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              De nada nos sirve si no aprendemos que todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos. Si seguimos creyendo que todo gira a nuestro alrededor y el otro no merece ser escuchado ni interpelado, sino anulado. Porque en este país —aunque la gente pareciera no creerlo— se muere más por culpa de la intolerancia e indiferencia que por la avanzada violencia de los llamados ‘violentos’. Parafraseando el poema de John Donne: las campanas no doblan exclusivamente por los descuartizados de Buenaventura o los masacrados del sur de Bolívar o Tatiana Fandiño. Repican por todos nosotros.

                                                                                                                              De intentar —siquiera— ponernos en los zapatos del otro. Que nos hayamos convertido en una sociedad en la que los ciudadanos son incapaces de respetarse y en donde un descuartizamiento se vuelve algo normal.

                                                                                                                              Debe indignarnos todo: tanto la sevicia de los criminales —algunos de ellos adolescentes apenas— como la indiferencia de quienes son testigos de la misma y se quedan callados. O lo que es peor: la justifican y aprueban. Desde el funcionario que asegura que una mujer fue abusada por vestirse provocativamente hasta quienes justifican un homicidio aduciendo que fue culpa de la víctima porque no era ‘ninguna perita en dulce’ o porque no estaba ‘recogiendo café’.

                                                                                                                              Tanto nos hemos acostumbrado en Colombia a sacar excusas para esta barbarie, que empezamos a verla como normal. No lo es. No es normal que se descuartice gente en Buenaventura o en Bogotá. Ni que masacren a campesinos. Ni que quemen a mujeres y hombres a la mejor usanza del medioevo.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Pero tampoco es normal —ni justo— que reduzcamos esta violencia a algo cotidiano o que hagamos de una joven asesinada brutalmente una simple ‘enmaletada’. Nada de eso: Tatiana Fandiño era una joven con sueños y aspiraciones que fue asesinada brutalmente y cuya muerte debe enlutarnos a todos. Que no lo haga puede que sea una muestra del nivel de indiferencia al que hemos llegado. No son ni ‘enmaletadas’ ni descuartizados y sus tragedias no son sólo suyas. ¿Acaso no deberíamos reconocer como una tragedia nacional que nos estemos matando de esta forma? ¿Un fracaso rotundo como sociedad?

                                                                                                                              Y hay que entender que no es suficiente con marchar o pedirle al Gobierno que aumente las penas y se llenen las prisiones con estos criminales. Los centros penitenciarios no pueden convertirse en el lugar para esconder nuestros problemas y hacer como si no existieran. No podemos esperar que los barrotes solucionen lo que como sociedad no hemos podido arreglar.

                                                                                                                              Lo primero es reconocer que esto no es normal y que, de alguna forma, todos tenemos la culpa de lo que está sucediendo.

                                                                                                                              Lo hemos repetido muchas veces en este espacio: estos sujetos no son enfermos sino miembros de una sociedad. El hecho es obvio: son criminales. Pero hay que preguntarse: ¿en qué tipo de hogares fueron criados? O, ¿cuál fue la educación que recibieron si es que lo hicieron? Las respuestas a estas preguntas nos pueden ayudar a comprender qué ha llevado a que en una sociedad como la nuestra se estén presentando casos tan aberrantes de violencia y si acaso en nuestras vidas hacemos algo que reproduzca esta locura colectiva.

                                                                                                                              De nada sirve marchar si en nuestros hogares no erradicamos aquello que reproduce esa violencia: el racismo, el clasismo, el machismo, la homofobia y otros tantos rezagos. De nada sirve marchar si en las calles somos violentos con el otro, si no lo reconocemos. Es una obviedad. Pero lastimosamente en Colombia hay que repetirlo hasta el hartazgo.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              De nada nos sirve si no aprendemos que todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos. Si seguimos creyendo que todo gira a nuestro alrededor y el otro no merece ser escuchado ni interpelado, sino anulado. Porque en este país —aunque la gente pareciera no creerlo— se muere más por culpa de la intolerancia e indiferencia que por la avanzada violencia de los llamados ‘violentos’. Parafraseando el poema de John Donne: las campanas no doblan exclusivamente por los descuartizados de Buenaventura o los masacrados del sur de Bolívar o Tatiana Fandiño. Repican por todos nosotros.

                                                                                                                              Por El Espectador

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar