No solemos, salvo en ocasiones muy especiales, dedicar este espacio para hablar de nosotros mismos. Hay, empero, momentos en que hechos externos se conectan con lo que somos y tratamos de hacer a diario desde nuestra redacción y vale la pena hacerlo visible con nuestras audiencias, pues dice mucho de la información que consumen y valoran. La semana pasada fue una de esas ocasiones, con la decisión del jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar de celebrar la vida y obra de un periodista, nuestro editor general, Jorge Cardona Alzate.
Sobre Jorge habrán podido leer en estos días las particularidades de una vida periodística rica y ejemplar. No nos vamos a repetir en muchos detalles de su fascinante carrera, pero sí quisiéramos destacar entre ellos los aspectos que enriquecen la información que bajo su guía produce a diario este periódico. Estamos felices y orgullosos con este premio por las calidades profesionales y humanas de Jorge, pero además porque ese reconocimiento a él dice mucho del periodismo que El Espectador promueve y aplica.
Jorge Cardona ha sido, en efecto, la cabeza de una redacción muy joven que se ha ido formando bajo su guía a lo largo de todo este siglo. Alguien podría pensar que para liderar un equipo creativo, innovador e impulsivo como ese lo indicado hubiera sido dejar marchitar a la “vieja guardia” para promover la tan mentada disrupción y acelerar la transformación digital de un periódico de tradición como El Espectador. Pues no, el indiscutible liderazgo digital de este periódico es también resultado de un líder que, como Jorge Cardona, ha sabido no cortar las alas creativas inherentes a esa juventud, pero la ha rodeado del blindaje que dan los principios periodísticos de siempre. Principios que no pueden nunca pasar de moda, para que esta profesión siga cumpliendo con la misión que toda sociedad sana le encomienda y espera del periodismo.
Como los buenos editores, más que jefe, Jorge es cocreador en la sombra o, mejor, compañero de creación de sus periodistas. Su memoria prodigiosa, su pasión por la historia y su capacidad para conectar hilos son garantía de una información puesta siempre en contexto, como dan cuenta también sus libros sobre la historia reciente del país.
Rigor es una palabra que se dice fácil, pero cuya aplicación es compleja, más en este nuevo mundo de la información, donde los públicos masivos premian con clics, likes y aplausos fáciles cuando se concluye lo que quieren escuchar, se refuerzan los juicios rápidos o se promueven escándalos con verdades a medias. De que ese no sea el norte de la información que produce la redacción de El Espectador es garante su editor general. “A ver los papeles”, es una frase que Jorge Cardona ha hecho famosa y obliga a que cada cosa que un periodista diga en un artículo esté documentalmente soportada, para despejar la información de activismos, oficios o manipulaciones.
Disculpen que hoy hablemos de nosotros mismos al celebrar la carrera y enseñanzas de nuestro editor general, pero es que su liderazgo es la garantía que tienen ustedes de que aquí trabajamos para producir información confiable y de alto valor.
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