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La Federación Colombiana de educadores (Fecode) corre el riesgo de echar por la borda una de las principales reformas del gobierno de Gustavo Petro. El paro convocado por el sindicato de profesores, que empezó ayer y al que se unió la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), hace reclamos que son debatibles y no deberían entorpecer un avance que busca entender la educación como un derecho fundamental. No reconocer que Colombia tiene un sistema educativo mixto (conformado por privados y el sector público), que la educación terciaria es necesaria para enfrentar un mercado laboral moderno y que es necesaria la evaluación docente es condenar el país al pasado.
Fecode prendió las alarmas cuando el proyecto de ley estatutaria de educación fue aprobado en tercer debate. Aurora Vergara, ministra de Educación, se enfrentó a un problema: si no conversaba con la oposición, su proyecto estrella, una de las ambiciones más grandes del presidente de la República, iba a hundirse. Entonces, comprendiendo cómo funciona el Congreso, llegó a un acuerdo. Hace unos días comentábamos en este espacio cómo las modificaciones introducidas ayudaron a reducir algunas de las preocupaciones que había sobre el proyecto y, más importante aún, le otorgaron amplia legitimidad política a la ley estatutaria. El problema es que eso causó rechazo en el área más dogmática del oficialismo.
Por eso, los profesores de colegios públicos en Colombia entraron en paro ayer. Piden que se hagan cambios estructurales a lo aprobado en el tercer debate o que, incluso, se archive todo el proyecto. Teniendo en cuenta que el Gobierno solo tiene hasta el 20 de junio para obtener mayoría absoluta en el Senado, y que el debate está programado para el 17 de junio, entrar en modificaciones importantes a lo acordado puede significar que todo el trabajo adelantado se pierda. Nos parece un error.
Una de las principales molestias de Fecode tiene que ver con la evaluación docente. Históricamente, el sindicato se ha opuesto a responder a criterios de calidad diciendo que eso viola su autonomía y puede prestarse para abusos en su contra. Sobre la ley estatutaria, dice que revisar los puntajes de las pruebas Saber como criterio de evaluación puede generar disparidades entre los colegios rurales y de escasos recursos con los de las ciudades principales. Si bien es cierto que los resultados de las pruebas no son un resultado directo de la labor docente y que la desigualdad en Colombia lleva a las disparidades en los exámenes de Estado, la ley no dice que ese es el único modo de calificación. Lo que sí dice el proyecto es que se usará como un mecanismo de análisis junto con otras disposiciones de evaluación docente que luego serán reglamentadas. Lo que nos parece innegociable es que haya un mecanismo de medir el desempeño de los profesores: necesitamos poder saber dónde hay fallas en la calidad de la educación prestada.
Entendemos que es frustrante para un sector ideológico que la ley no represente todos sus deseos, pero la ministra Vergara tiene razón en insistir que se trata de un buen proyecto para el país. La construcción colectiva con la oposición hace que esto tenga más respaldo y legitimidad. Fecode debería tener en cuenta la oportunidad histórica que se le presenta.
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