Publicidad

El espejismo de los monstruos

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
21 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.
Colombia podría seguir cazando monstruos. De hecho, no nos cabe duda de que así será. Pero mientras persigue lo que no existe, las niñas, niños y adolescentes seguirán siendo violentadas. No habrá cadena perpetua que valga.
Colombia podría seguir cazando monstruos. De hecho, no nos cabe duda de que así será. Pero mientras persigue lo que no existe, las niñas, niños y adolescentes seguirán siendo violentadas. No habrá cadena perpetua que valga.
Foto: Gustavo Torrijos Zuluaga
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Los monstruos son útiles. En el debate público se erigen como la solución para los problemas complejos. Cuando ocurre algo horrible, salimos a proclamar que los perpetradores son seres rotos, dañados, con características que los separan de los humanos. Nos lamentamos de lo que sucedió y decimos que no mucho más pudo hacerse. Después de todo, los monstruos actúan en lo extraordinario, lo impredecible, lo que no puede controlarse ni prevenirse de alguna manera. Ante ellos, ante su atrocidad, solo nos queda la venganza, la mano dura y la cadena perpetua.

El problema es que los monstruos no existen. Son espejismos. Una ficción creada por la manera en que nos contamos historias para hacer comprensible la realidad. Y no lo discutimos mucho debido a que lo atroz es tan inconcebible, tan imposible de ocurrir, que tiene sentido creer que se debió a una aberración en la naturaleza humana. Es lo que nos ocurre cada vez que una niña es violada, torturada y asesinada. Es lo que pasa cuando un caso sale a la luz y genera la indignación de Colombia. Pero nuestro país y, en particular, nuestros líderes políticos tienen que madurar en la forma en que se acercan a los problemas, o seguiremos creyendo que estamos a merced de unos “monstruos” que, en realidad, se parecen mucho a los problemas estructurales de machismo, falta de acceso a la justicia y violencia que han marcado y siguen marcando la historia de Colombia.

Una niña fue secuestrada y asesinada por su padre. Ya había sido violento con la madre. Apareció drogado y diciendo que no recordaba nada de lo ocurrido. Se leyó a políticos decir: “¿Sí ven? ¡Es culpa de las drogas!”. Otros simplemente exclamaron: “Es un monstruo, no había nada que hacer”.

Otra niña fue violada y obligada a parir. El grito fue similar: “¡qué monstruoso!”, “¡qué indignación!”.

No es suficiente el repudio público. No basta con creer que estamos ante casos aislados. Según Medicina Legal, cada tres días asesinan a una niña en Colombia. Nos repetimos: cada tres días. Y cada día, 55 niñas son violadas. Ya tenemos cadena perpetua, la solución mágica que tantos políticos celebraron, a pesar de que distorsiona por completo la política criminal de Colombia. ¿Y qué ocurrió? ¿Cuántos casos evitó? Ahora que siguen violando, torturando y asesinando niñas, ¿qué hará el Congreso? “Monstruos”, parecen decir los parlamentarios en su silencio. ¿Cómo se lucha contra los espejismos? Somos un país sin respuestas.

Los movimientos de mujeres llevan décadas haciendo las mismas denuncias. La violencia intrafamiliar está normalizada. La complicidad de la sociedad lleva a que nadie denuncie. Quienes denuncian se chocan con un sistema inoperante, ineficiente y hostil. La impunidad es la ley. Los operadores judiciales están abrumados de trabajo. Además, en la sociedad se privilegia “lavar la ropa sucia en casa”. Mientras tanto, el horror sigue ocurriendo. Y quienes lo cometen no son personas ajenas, extrañas, “monstruos” difusos. No. Son padres, tíos, primos, abuelos, vecinos. Personas conocidas que están amparadas en la desigualdad estructural que se convierte en cómplice de la multiplicidad de abusos.

Colombia podría seguir cazando monstruos. De hecho, no nos cabe duda de que así será. Pero mientras persigue lo que no existe, las niñas, niños y adolescentes seguirán siendo violentadas. No habrá cadena perpetua que valga.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.

Nota del director. Necesitamos de lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Por favor, considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Joan(83831)23 de diciembre de 2020 - 03:08 p. m.
Esto es lo que pasa en un país patriarcal, clasista y machista, donde las religiones todavia dominan y donde sobre todas las cosas la desobediencia abunda...
Norma(12580)21 de diciembre de 2020 - 10:14 p. m.
Solo le complementaría, que en el caso de niñas violadas y obligadas a parir, los monstruos son: la sociedad, las iglesias, los parlamentarios, el gobierno y la rama judicial. en las instituciones los objetores de consciencia no son reemplazados por personas que sienten empatía por este tipo de víctimas, así esas víctimas son re-victimizadas por todos los que se sienten "buenos".
  • Joan(83831)23 de diciembre de 2020 - 03:06 p. m.
    De acuerdo con usted.
Atenas(06773)21 de diciembre de 2020 - 05:20 p. m.
Típico texto tropelero y enredador, con el cual este medio suele confundir las abstrusas realidades nuestras y su discernimiento. En su disquisición, el editorialista insinua q' tales horrendos crímenes q' despiertan justa indignación no se les cualifique, uummhh, mientras no superemos el desajuste politico, o q' llegue la izq.
  • Atenas(06773)21 de diciembre de 2020 - 05:27 p. m.
    Y en ese tal desborde de lucidez opinional q' denota la politica editorial del medio, uummmh, entretanto se les cuela el despelote en los servicios a nosotros los suscriptores, con dificultades en el acceso, irrespetuosa publicidad entre los textos, comentarios a las opiniones q' borran.... Esto no ocurre en la competencia.
name(61569)21 de diciembre de 2020 - 02:23 p. m.
Los monstruos SÍ existen. "Se aplica a cualquier ser que presente características, por lo general negativas, ajenas al orden regular de la naturaleza. Los monstruos se describen como seres híbridos que pueden combinar elementos humanos, animales y necrológicos, ... El término se reserva para seres que inspiran miedo o repugnancia".
Berta(2263)21 de diciembre de 2020 - 10:32 a. m.
¡Excelente editorial! Los monstruos no existen; lo que existe es una sociedad patriarcal perversa, violenta, machista y misógina; cuyo pilar fundamental es la religión, y en el caso de Colombia la judeocristiana. El día que se eduque en el respeto y la igualdad, con énfasis en una buena educación sexual, y dejando atrás todos los prejuicios religiosos, podremos dar un paso adelante.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.