Publicidad

El espíritu del Acuerdo de Paz no es ocultar lo sucedido

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
16 de febrero de 2021 - 03:00 a. m.
La JEP debe estar en libertad de realizar las imputaciones que considere pertinentes. Presionarla y cuestionarla, más aún desde un partido que juró cumplir lo pactado, es un acto deshonesto. / Foto: Archivo
La JEP debe estar en libertad de realizar las imputaciones que considere pertinentes. Presionarla y cuestionarla, más aún desde un partido que juró cumplir lo pactado, es un acto deshonesto. / Foto: Archivo
Foto: Archivo
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Dos senadores del partido Comunes decidieron cuestionar de manera insensata a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Victoria Sandino e Israel Zúñiga, excombatientes de las Farc y ahora parlamentarios por su movimiento político, pretendieron prender las alarmas. Convocaron a la Organización de Naciones Unidas (ONU), a los países garantes del Acuerdo de Paz (Cuba y Noruega) y a varios políticos internacionales para que intervengan. Según ellos, se está incumpliendo lo pactado cuando el tribunal de justicia transicional los acusa de ser una organización criminal y los imputa de manera consecuente. No podemos compartir ese reclamo. ¿Desde cuándo una de las partes tiene derecho a decirle a la justicia, autónoma, cómo debe procesarlos?

En el comunicado, los senadores dicen que las Farc “fueron una organización rebelde, lo que la llevó a ser contraparte de un Acuerdo Especial con el Estado colombiano y otros sujetos de derecho internacional. No fue un aparato criminal”. Esto, según ellos, justificado en que “la guerra nunca fue nuestra primera opción. Nos vimos obligados a ser parte de ella por la ausencia de reformas sociales y garantías democráticas”. Por eso, dicen, “no pretendemos desconocer hechos que en el marco del conflicto generaron repudio por parte de la población, pero sí que se reconozca la naturaleza propia de la insurgencia armada de las Farc, del conflicto colombiano y el espíritu del Acuerdo de Paz”.

En últimas, la preocupación de los parlamentarios es que “las calificaciones y categorías jurídicas empleadas frente a los hechos del conflicto atribuidos deben corresponder con esta realidad”. Es decir, están preocupados por las imputaciones que ha venido haciendo y seguirá haciendo la JEP.

Es un reclamo extraño. Más aún viendo los hallazgos que ha hecho la justicia transicional y en vísperas de los resultados que arrojará la Comisión de la Verdad este año. En la acusación contra los antiguos miembros del Secretariado que hizo la JEP, a propósito del secuestro, se da una larga lista de crímenes de guerra y situaciones deplorables. Allí hay un retrato de la deshumanización a la que sometieron a los secuestrados, el dolor que causaron en sus familias, las torturas y la tragedia que generaron en las decenas de miles de víctimas. En el actuar de ellos hay una clara extralimitación. No se trata de un comportamiento rebelde, sino del actuar de una organización criminal.

Lo propio veremos a medida que la JEP siga con sus imputaciones. Gracias a que por fin un ente judicial en Colombia se sentó a escuchar a las víctimas y a que pudo contrastarlo con lo dicho por los excombatientes, el país puede conocer el horror. Ante eso, la JEP debe estar en libertad de realizar las imputaciones que considere pertinentes. Presionarla y cuestionarla, más aún desde un partido que juró cumplir lo pactado, es un acto deshonesto.

El Acuerdo de Paz les otorga penas bastante laxas a quienes acepten responsabilidad. Esa es la concesión que hizo el Estado y el pueblo colombiano, y que las extintas Farc aceptaron al firmar. Eso es inmodificable e innegociable. Pero de allí las exigencias sobre cómo juzgarlos no tienen razón de ser.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.

Nota del director. Necesitamos lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.

Conoce más

 

GERMÁN(69124)17 de febrero de 2021 - 01:47 a. m.
Sin ofender, pero si se nota una en este periódico una parcialidad a favor de Santos y su "exitoso" proceso de Paz. Les recuerdo que la Paz al día de hoy en Colombia tristemente no se ha alcanzado, prueba de ello las diarias noticias de violencia que recibimos. Aclaro que soy lector y suscriptor y es mi punto de vista gracias
Camilo(03596)17 de febrero de 2021 - 01:11 a. m.
La carta de senador y senadora tiene razones poderosas que merecen ser escuchadas y analizadas, al menos después de la rabieta. Los guerrilleros conscientes de sus razones políticas, claro que creen en lo justo de su lucha. Estos dos casi culpan a la dirección de convertirse en una banda criminal y así, mas bien abren espacio para entender lo que podía pensar un guerrillero allí. Que interesante !
Carmen(93960)16 de febrero de 2021 - 09:09 p. m.
Ellos parecen estar haciéndole el juego a los detractores del acuerdo de paz. La JEP debe hacer su trabajo y los victimarios acatar los fallos.
alberto(52534)16 de febrero de 2021 - 08:46 p. m.
EXACTO :HAY QUE CUMPLIE LO PACTADO Y NO PONEEERLE CORTAPISAS O DESCONOCER LOS ACUERDOS DEL ESTADO Y LAS FAR. PARECIERA QUE TODAS A UNA QUISIERAN DESCONOCER A LA JEP. QUE INTRANSIGENCIA. QUE HORROR.
Pedro(nkhgy)16 de febrero de 2021 - 08:36 p. m.
Es insólito que este folleto profarc al servicio de Santos y del puñado de supercriminales de las Farc que lo sobornó y que gracias a él LEGISLAN muertos de la risa de sus millones de víctimas, persista en defender la aberrante IMPUNIDAD que la institución concebida por ellos y por Santos (La JEP) con el apoyo de este repugnante y corrupto "pasquín" y su criminal director Cano. Farsante hampón.
  • Usuario(64126)16 de febrero de 2021 - 11:50 p. m.
    Y ¿para qué lee este pasquín? Nadie lo obliga.
  • Carmen(93960)16 de febrero de 2021 - 09:11 p. m.
    Similar a lo que sucedió con el proceso de Uribe con los paramilitares, 5 y 8 años de prisión.....la diferencia es que Uribe prefirió mandarlos extraditar para que no hablaran
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.