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La división mayor del fútbol Colombiano (Dimayor) debería ser más democrática. Eso es lo que vienen pidiendo los jugadores desde 2019, aunque no han sido escuchados. Llegó y se fue una pandemia, pero la puja entre los directivos de los equipos y los atletas profesionales continúa. Justo antes de empezar los partidos definitorios para los ocho clasificados a la parte final del primer torneo del año, en los estadios del país los jugadores se sentaron sobre la cancha para hacerse sentir. Piden tener voz y voto en las decisiones más importantes, lo que es básico, y se quejan de una sobreexplotación que los ha llevado a rendir menos. La Dimayor debería aprovechar esta mitad de año para llegar a un acuerdo.
Llevamos varios años hablando del mismo tema. Es necesario, porque en varios momentos las directivas de los equipos han tratado con desdén los justos reclamos de los deportistas. Todavía están frescos los recuerdos de los ataques verbales que hubo hace un par de años, cuando se acusó a los jugadores de ser desagradecidos e incumplir los contratos. Ese tipo de retórica es inútil. La realidad es que las ligas del mundo dan espacio para que sus protagonistas, que son los futbolistas, tengan capacidad de tomar decisiones sobre, por ejemplo, la intensidad del calendario.
En un comunicado explicando las protestas, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales explicó: “A pesar de que somos protagonistas principales del espectáculo, no hemos tenido participación en las decisiones que se toman en torno al fútbol, un derecho del que se han apropiado exclusivamente los directivos (...) Queremos tener voz y voto en la aprobación de reglamentos y de los calendarios, ya que estos siguen afectando nuestros periodos de descanso y vacaciones por el excesivo número de partidos. Seguimos esperando que se negocien nuestras peticiones, presentadas desde 2019”. Deberían ser escuchados.
Tal vez quien explicó con más claridad la importancia de llegar a un acuerdo fue Juan Guillermo Cuadrado, jugador de la selección de mayores y de la Juventus en Italia. “Sabemos que los torneos son muy difíciles”, explicó, “no estamos llegando a fases finales de estos torneos (Libertadores y Sudamericana) y también es por un desgaste que hay, no se da el tiempo adecuado para recuperarse, para que uno pueda hacer mejor las cosas se necesita un tiempo específico de descanso”. Lo propio dijo Radamel Falcao, del Rayo Vallecano de España: “Los futbolistas de nuestra liga necesitan ser escuchados como lo somos en otras ligas del mundo. Entre todos podemos construir mejores condiciones laborales para nuestro fútbol”.
Llegar a un acuerdo y hacerlo pronto es un gana-gana. Para los futbolistas, pues claramente están sintiéndose afectados por las dinámicas del calendario de competición, y para las directivas, porque con atletas en mejores condiciones van a garantizar un mejor espectáculo y, por qué no, podrán soñar con mejores participaciones en instancias internacionales. Aprovechemos que las protestas pusieron el tema sobre la mesa: es momento de más democracia en el fútbol profesional.
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