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Terminando la semana pasada, el presidente de la República divulgó la ley 2009 de 2019, también conocida como de servicios bancarios gratis. Se trata de un avance en una regulación que fue sancionada a finales del año pasado y busca darles más derechos y beneficios a los usuarios del creciente sistema financiero.
Impulsada por el senador conservador David Barguil desde hace varios años, la ley 2009 reconoce que, en algunos casos, los beneficios que reciben los usuarios de cuentas de ahorros, tarjetas débito y tarjetas de crédito no van de la mano con los montos que pagan. El parlamentario, a partir de denuncias de la ciudadanía, venía identificado una serie de cobros adicionales en los servicios financieros que, a la luz de los avances tecnológicos y las tasas que de por sí ya se pagaban al abrir una cuenta en un banco, no tenían razón de ser. No es un tema menor, pues en Colombia ya tenemos 15,5 millones de tarjetas de crédito y 69 millones de cuentas de ahorro, cifras que siguen en aumento. Los resultados positivos de crecimiento del sector financiero fueron determinantes en jalonar el buen desempeño de la economía el año pasado.
¿Qué hace, exactamente, la nueva ley? Obliga a que los bancos entreguen mensualmente, de manera ilimitada, por lo menos tres servicios sin costo adicional incluidos dentro de lo que se cobra por la cuota de manejo. Según datos del senador Barguil, por lo menos 70 % de las entidades financieras cobran cuota de manejo en cuentas de ahorros, tarjetas de débito o tarjetas de crédito.
La regulación apunta a una serie de servicios que son de uso común y eran cobrados por algunos bancos de manera adicional al monto que ya se pagaba por esa cuota de manejo. Entonces, por ejemplo, ya no se podrá cobrar por transacciones fallidas en cajeros electrónicos. Las entidades financieras tendrán la posibilidad de eliminar los cobros por avances en cajeros de red propia (en tarjetas de crédito), certificaciones bancarias y consignaciones nacionales (en tarjetas débito) y otra serie de situaciones. La Superintendencia Financiera emitió una circular que les da a los bancos un plazo urgente para que divulguen, en todos sus medios de comunicación, las modificaciones que implementarán con ocasión de esta ley.
En su discurso de presentación de esta norma, el presidente Duque dijo que “Colombia necesita más bancarización, más servicios financieros y más tecnología financiera”, y agregó que en esa lucha “esta ley responde las necesidades a los ciudadanos; es su gran conquista”. Estamos de acuerdo en que es un incentivo para hacer más amigable la relación entre los colombianos y sus entidades financieras, así como para atraer a quienes todavía ven con malos ojos un sector que se ha consolidado como clave en la economía. Si se sigue fomentando la bancarización, es una herramienta en la lucha contra la informalidad.
Sin embargo, el reto ahora recae sobre los bancos. Es claro que los colombianos no estaban conformes y que a lo largo de los años fueron pocos los avances en la reducción de tasas. Con un sector en crecimiento, no debería ser necesario que este tipo de normas tengan que ser aprobadas. La autorregulación fomenta la confianza. Esta es una oportunidad de seguir implementando cambios positivos.
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