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Comunicar tragedias evitadas es complejo. La atención se va, con justa razón, hacia los casos terribles, hacia los cientos de miles de familias colombianas que están en duelo y siguen perdiendo a sus seres queridos por culpa de la pandemia. Aun así, como homenaje al sistema de salud, como reconocimiento al esfuerzo de tantas personas en estos dos años, es prudente tomarse un momento para ver lo que logramos evitar. Y no es menor: un estudio publicado por el Ministerio de Salud, revisado por pares científicos, encontró que gracias al proceso de vacunación evitamos la muerte de al menos 22.000 colombianos mayores de 60 años. En las estimaciones más generosas, podríamos estar hablando de 36.507. Es una cifra impresionante.
Las vacunas funcionan y las vacunas salvan vidas. Por fortuna, el Gobierno Nacional adoptó una posición razonable y cercana a la ciencia desde el principio, y los resultados están sobre la mesa. Por eso es tan extraño ver al Partido Conservador, y a su candidato presidencial, David Barguil, defender con emoción el aval a los líderes del movimiento antivacunas colombiano. ¿Les parece respetable un discurso que habría generado la muerte de más de 22.000 colombianos de haber sido adoptado a escala nacional? El rechazo debería ser rotundo, no por ideología, sino por compasión y sentido común. ¿Qué habría pasado, acaso, de tener un gobierno de estirpe conservadora?
El modelo a seguir es del Ministerio de Salud, liderado con claridad por el ministro Fernando Ruiz. Al cierre de esta edición el funcionario compartió un dato clave: “Más del 70 % de los mayores de 30 años en Colombia tienen esquema completo de vacunación. Faltan todavía por segunda dosis muchos jóvenes menores de 30 años y niños. Las vacunas están disponibles. Es una responsabilidad de todos”. Estamos de acuerdo. Tenemos que seguir aumentando la tasa de inmunidad.
No es momento, eso sí, de bajar la guardia. Con las vacunas actuales, la dosis de refuerzo semestral sigue siendo una necesidad. Pero el mundo entero está levantando las restricciones que quedaban y el sistema de salud colombiano, aunque todavía tensionado, ha tenido momentos de alivio. Todo eso se debe a un Plan Nacional de Vacunación que va a cumplir un año y que, por fortuna, ha contado con el apoyo de la mayoría de los colombianos. Este es un ejemplo histórico, porque las pestes seguirán llegando y tenemos que estar listos. Cuando hay colaboración, solidaridad y responsabilidad, cuando entendemos que una vacuna no solo es para cuidarnos a nosotros, sino a los más vulnerables, logramos evitar tragedias.
Hay decenas de miles de familias colombianas que no tuvieron que unirse al duelo del covid-19. Hay personas vacunadas que entran al hospital, pero salen gracias a las defensas que les dio su inmunidad. El “32,4 % de las muertes esperadas en 2021” entre la población mayor de 60 años se evitó. Así se ve cuando empezamos a vencer a la pandemia.
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