Hoy celebramos a los Afrocolombianos del Año

05 de diciembre de 2022 - 05:00 a. m.
¿Estamos progresando hacia la inclusión o los afrodescendientes todavía tienen obstáculos irracionales para desarrollar sus proyectos de vida y superar los prejuicios de la sociedad?
¿Estamos progresando hacia la inclusión o los afrodescendientes todavía tienen obstáculos irracionales para desarrollar sus proyectos de vida y superar los prejuicios de la sociedad?
Foto: EFE - CArlos Ortega

Llegamos hoy a la entrega de los premios a los Afrocolombianos del Año, realizados por la alianza entre la Fundación Color de Colombia y El Espectador, en un momento histórico que parece un cambio de paradigma o, tal vez mejor, la consolidación del trabajo incansable que se viene realizando en el país para luchar contra el racismo. Unos reconocimientos creados como símbolo de inclusión, cuyo propósito es eventualmente dejar de existir una vez no sea necesaria una intervención en la desigualdad, se encuentran con un país que tiene una vicepresidenta afro, un embajador en Washington también afro y una creciente representación política afro en todo el espectro ideológico. También hemos visto que, a mayor visibilidad, también pululan los discursos abiertamente racistas que se atrincheran en los prejuicios.

Es paradójico hablar de un progreso evidente cuando uno de los debates centrales de la campaña política de este año fue el racismo contra la ahora vicepresidenta, Francia Márquez, y contra otros políticos afros que estaban en la lucha democrática. Sin embargo, quizá Colombia necesita que toda esa basura salga a flote y se ponga en evidencia para poder tratar las heridas abiertas y que el rechazo de la sociedad sea contundente contra el racismo, incluso para que las autoridades actúen allí donde sea necesario. Se habló ampliamente de racismo en una campaña presidencial, cuando antes el tema era un comodín o un silencio que disfrazaba el olvido. Adicionalmente, el resultado fue contundente: hubo tres candidatos afros a la Vicepresidencia y una, Francia Márquez, alcanzó el segundo cargo más importante de la Rama Ejecutiva.

Hace seis años, en este mismo espacio editorial y en vísperas de la séptima entrega de los premios, nos hacíamos la pregunta: ¿estamos progresando hacia la inclusión o los afrodescendientes todavía tienen obstáculos irracionales para desarrollar sus proyectos de vida y superar los prejuicios de la sociedad? La respuesta sigue siendo compleja: sí, hay más inclusión y los testimonios de vida de los ganadores que serán celebrados hoy son muestra de eso. Empero, el racismo tiene raíces profundas y los obstáculos siguen vigentes. Es necesario seguir luchando, es urgente seguir visibilizando a quienes trabajan por una Colombia con mejor representación.

En últimas, volvemos a lo mismo: este premio no debería existir. Originalmente estaba pensado para acabarse en el 2019, pero nos percatamos de la importancia de un reconocimiento a quienes tienen que luchar contra obstáculos estructurales. Con el paso de los años, los premios a los Afrocolombianos del Año han servido de impulso y recordatorio, un empujoncito individual y colectivo para reconocer que el antirracismo es una acción constante que debe perdurar en el tiempo y no desfallecer en ningún momento. Por eso nos enorgullece hoy, una vez más, encontrarnos con tanta grandeza y promesa, con ejemplos de vida que merecen ser celebrados. A los ganadores, felicitaciones. Al país entero, un reto: sigamos hablando de racismo y construyendo una Colombia más incluyente.

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