La absolución de Mateo Gutiérrez

El Espectador
10 de noviembre de 2018 - 05:00 a. m.
La justicia debe evitar los juicios a través de los medios para mostrar resultados provisionales. / Foto: Cristian Garavito - El Espectador
La justicia debe evitar los juicios a través de los medios para mostrar resultados provisionales. / Foto: Cristian Garavito - El Espectador

En momentos de caos, los operadores judiciales deben mantener su templanza. No puede ocurrir que, por mostrarle resultados a una ciudadanía confundida y temerosa, hagan que colombianos entren en procesos eternos y confusos que terminan en decisiones adversas contra los intereses del Estado. La reciente absolución de Mateo Gutiérrez por un juez en primera instancia se enmarca en medio de la mala práctica de ejercer “justicia” a través de los micrófonos de los medios de comunicación.

La Fiscalía argumenta que Gutiérrez, estudiante de Sociología de la Universidad Nacional, está detrás de la activación de un petardo contra la DIAN, en diciembre de 2016, y de la instalación de dos artefactos improvisados en el norte y el centro de Bogotá, en septiembre de 2015. De hecho, el estudiante había sido relacionado con una seguidilla de atentados que azotaron a Bogotá desde 2015, en hechos atribuidos al denominado Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), el mismo que estaría detrás del atentado al Centro Comercial Andino.

Pero un juez de la República concluyó que no había suficiente material probatorio para condenarlo. Además, agregó que la defensa probó que Gutiérrez estuvo en otro lugar el día de los hechos.

Aunque el ente acusador anunció apelación, este es un recordatorio de los aspectos negativos del sistema judicial, especialmente en reacción a casos de terrorismo. El estudiante llevaba 20 meses en prisión y, además, fue el centro de fuertes declaraciones en medios de comunicación que mancharon su nombre. ¿Por qué esperar tanto por una sentencia absolutoria? ¿Era necesario tenerlo en la cárcel? Incluso si en segunda instancia es hallado culpable, la dilación es injusta y genera incertidumbre.

Como Gutiérrez, son varias las personas sindicadas por la Fiscalía de participar en los atentados que llevan mucho tiempo esperando el final de juicios que se dilatan. Sus familiares insisten en que se trata de “falsos positivos judiciales”. Al final, la realidad es que el país sigue sin saber quiénes fueron los responsables de lo ocurrido y el ente acusador no ha podido llevar a buen puerto los procesos.

Eso no puede ocurrir. Entendemos la necesidad de dar respuestas cuando ocurren atentados, pues la confusión genera temor y eso puede desencadenar más violencia. Pero esa situación no puede resultar en juicios a través de los medios y en procesos que se alargan indefinidamente. Si la Fiscalía no ha sido capaz de que los procesos cierren, ¿no será que cometió un error al haber anunciado con tanto bombo estas capturas?

Las suspicacias, justificadas, que han expresado los familiares de los sindicados le hacen mucho daño al sistema judicial. Una primera solución, hacia el futuro, es que la Fiscalía y los entes judiciales dejen de utilizar los micrófonos de los medios para mostrar resultados provisionales. Cuando menos, pueden hacerlo con más responsabilidad.

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Por El Espectador

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