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La cobardía del Congreso de la República

15 de junio de 2024 - 05:00 a. m.
Hundir la prohibición de las terapias de conversión es una agresión contra la dignidad de las personas LGBT, especialmente las niñas y los niños.
Hundir la prohibición de las terapias de conversión es una agresión contra la dignidad de las personas LGBT, especialmente las niñas y los niños.
Foto: Oficina del representante Mauricio Toro
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Sin debatir, en clara muestra de cobardía y sumisión ante el lobby ultraconservador, el Congreso de la República dejó hundir el proyecto de ley que prohibía la tortura contra niñas, niños y adolescentes lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT). A pesar de haber surtido los primeros dos debates con éxito, los congresistas de oposición hicieron una jugadita para sacar el proyecto del orden del día, condenándolo al hundimiento sin siquiera dar la conversación de cara al país. Esconden los prejuicios, porque saben que son vergonzantes, pero en la práctica siguen diciéndole al país que está bien utilizar la violencia en contra de una de las poblaciones más vulnerables. Es lamentable y doloroso que la Rama Legislativa siga siendo incapaz de regular asuntos tan importantes.

No debería ser complicado. El proyecto de ley buscaba prohibir la violencia psicológica y física que se utiliza en algunos sectores retardatarios para torturar a niños, niñas y adolescentes LGBT. En Colombia hay denuncias de electrochoques y ahogamientos en estas mal llamadas “terapias de conversión”, cuyo único mensaje es uno cruel e inhumano: que si alguien tiene una orientación sexual o identidad de género que no son hegemónicas, tiene que ser “corregido”. ¿Cómo no vamos a querer proteger a las personas más vulnerables? ¿Cómo no les vamos a dar herramientas para resistirse?

Bueno, es que de por medio hay prejuicios disfrazados de preocupación por la autonomía de las familias. María Fernanda Cabal, senadora del Centro Democrático, explicó su posición en su cuenta de X: “He presentado ponencia negativa contra el proyecto de ley ‘inconvertibles’ que atenta contra la autonomía familiar impidiendo a los padres orientar a sus hijos, pasando por encima de la patria potestad y generando duplicidad normativa que erosiona la estabilidad jurídica”. Muchas palabras para disfrazar el trasfondo evidente: Cabal y las organizaciones ultraconservadoras que la respaldan creen que ser LGBT está mal.

Tenemos que ser claros. Esto no es un asunto de autonomía familiar ni de patria potestad; es un reclamo de derechos humanos. Nadie puede torturar a niños, niñas y adolescentes; sus derechos priman sobre los demás. Su identidad y orientación sexual son suyas y solo suyas, y no necesitan ajustarse a los prejuicios de sus padres ni de sus comunidades. Que el Estado intervenga para evitar la violencia no es una vulneración a la libertad de culto, es un acto mínimo en defensa de la dignidad. Todo lo demás son estrategias retóricas que buscan esconder la realidad de lo que ocurre.

No deja de ser llamativa la disonancia cognitiva que produce este debate. Los sectores retardatarios dicen que hay un adoctrinamiento por parte del Estado, pero en este debate defienden el derecho al adoctrinamiento con fines violentos. Pedir coherencia es inútil, mas no deja de ser frustrante.

Es necesario que el activismo LGBT siga insistiendo en este y en otros proyectos en favor de sus derechos. Mientras persistan los prejuicios, hay niñas, niños y adolescentes en riesgo, sufriendo tratos inhumanos y con temor de aceptar quienes son. Aunque el Congreso nunca ha estado a la altura de estos debates, es el espacio necesario por conquistar. Porque la igualdad no es negociable.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com

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Sandra(02296)16 de junio de 2024 - 03:58 a. m.
Qué vergüenza con la Cabal.
jorge(20292)16 de junio de 2024 - 03:54 a. m.
Nuestros legisladores están muy primitivos, para las personas y familias discriminadas, que pesar, la historia juzgará a estos padres de la patria, son los mismos del esclavismo
Carlos(9377)16 de junio de 2024 - 03:16 a. m.
Que vergüenza la forma como desarrollan su trabajo estos congresistas corruptas, no les da pena cobrar su quincena?
Carlos(23964)16 de junio de 2024 - 02:52 a. m.
Y esa Cabal es la salvaje que aspira a ser presidente de Colombia?.
Luis(09782)16 de junio de 2024 - 02:49 a. m.
Totalmente de acuerdo y quienes no respetan las condiciones humanas, aparentan ser éticos y tener moral para descalificar esas condiciones y de esos seres que no respetan, esta lleno el Congreso de Colombia.
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