Comenzará mañana en Cali la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16). Fue un gran acierto del Gobierno de Gustavo Petro, primero, haber postulado a nuestro país como sede del encuentro y, segundo, haber elegido a Cali como ciudad anfitriona. Nuestro país está llamado a ocupar un puesto de liderazgo en las conversaciones sobre conservación y sostenibilidad. Es necesario, además, aprovechar esta oportunidad para potenciar el turismo en una zona del país que ha sufrido olvidos históricos y necesita inversiones urgentes.
La COP16, como todos los encuentros multilaterales que se realizan para conservar el planeta, aterriza en Cali en medio de grandes retos. Porque lo cierto es que venimos cargando fracasos continuados. Así como ha ocurrido en las discusiones sobre la emergencia climática, las conversaciones en torno a la protección de la biodiversidad están marcadas por la falta de voluntad política y las promesas sin cumplir. El Informe Planeta Vivo, que acaba de presentar WWF, cuenta que entre 1970 y 2020 se redujeron en un 73 % las poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, mientras que en América Latina la reducción fue del 95 %. Sí, 95 % en los últimos 20 años. Hemos aniquilado, ya sea por acción directa, negligencia o desinterés, gran parte de nuestra biodiversidad.
Es fundamental, entonces, que la presidencia de Colombia en la COP16 logre construir consensos y medidas urgentes. Si los países, especialmente los más ricos, no se dan cuenta de la importancia de actuar, el desastre empeorará. Lo dijo Marcos Neto, secretario general adjunto de la ONU, en entrevista con El Espectador: “El problema no es que no exista plata. Toda la riqueza del mundo hoy son unos US$463 trillones. Entonces, hablando de que la brecha de financiación de biodiversidad son US$200.000 millones por año, estamos hablando de un porcentaje mínimo de la riqueza que existe en el mundo. El problema es que la plata no fluye a los temas de biodiversidad”. Eso debe cambiar.
Además de la discusión global, esta es una oportunidad para que el mundo y nuestro país centren la atención sobre Cali y sus alrededores. Los titulares se los ha llevado la amenaza de la violencia, que sigue latente, pero hay otros retos que también necesitamos enfrentar. El Chocó biogeográfico es la región más biodiversa del mundo. La vicepresidenta de la República, Francia Márquez, anunció la creación de un Fondo para el Chocó biogeográfico y las comunidades afrodescendientes, que todavía busca asegurar su financiación. La llegada del evento de la COP16, por su parte, generó 5.200 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y tendrá un impacto económico directo a los ingresos del país de $122.400 millones. Todo ese impulso debe aprovecharse.
Este tipo de eventos son fundamentales para potenciar la imagen de Colombia como un destino a escala mundial. En medio de los esfuerzos por abrir nuevas oportunidades económicas, el turismo sostenible es una pieza clave. Que ocurra, además, más allá de las ciudades habituales (Bogotá, Medellín y Cartagena) es una apuesta por fortalecer las regiones y mostrar que nuestro país tiene mucho por ofrecer. No exageran al decir que es tal vez el evento más importante que ha tenido Colombia en décadas, debemos aprovecharlo.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com
Nota del director. Necesitamos lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.
