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El Gobierno publicó para comentarios el decreto sobre los días sin IVA de este año con dos coincidencias desafortunadas: uno de ellos es a dos días de las elecciones al Congreso y otro es dos días antes de la segunda vuelta presidencial. Aunque la justificación desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo es que se hizo un análisis de los datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) para determinar que esas fechas ayudarían a la reactivación económica en momentos claves, se prestan para manipulaciones políticas indeseables en una campaña que ya de por sí está plagada de tensiones. Esto, unido a la desaparición de la Ley de Garantías justo en época electoral, envía mensajes negativos que deben tenerse en cuenta.
Los días sin IVA son una figura extraña. Se utilizaron como medida populista para aprobar la segunda reforma tributaria del Gobierno cuando su primer proyecto fue tumbado por la Corte Constitucional. Sin embargo, se advirtió en su momento que se trataba de un incentivo cuestionable, pues ataca las finanzas del Estado y concentra las dinámicas del consumo de los colombianos en tres días del año. Luego, con la llegada del COVID-19, los días sin IVA se presentaron como una necesaria medida de reactivación económica. Los comerciantes, sin duda, lo celebraron, y no es para menos: durante 2021 se facturaron cerca de $30 billones en los tres días sin IVA. Pero las preocupaciones continúan: ¿por qué encumbrar una medida económica que no ayuda a la sostenibilidad del país?
Ahora, el ruido de los días sin IVA puede mezclarse con las elecciones. El borrador del Gobierno propone hacer la primera fecha el 11 de marzo, a dos días de las elecciones de Congreso, y la segunda el 17 de junio, a dos días de una posible segunda vuelta presidencial. Según la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Ximena Lombana, “como se comprobó el año pasado, los días sin IVA fueron una medida exitosa para reactivar e impulsar la economía a través del aumento del consumo de los hogares colombianos, el crecimiento de las ventas en el sector de comercio y el incremento de las ventas de la industria nacional que produce buena parte de los artículos cubiertos por esta medida”. Nada de lo cual explica el porqué de hacerlos justo antes del fin de semana de elecciones.
Esto ocurre, además, en el marco del polémico desmantelamiento de la Ley de Garantías, que tiene a alcaldías y gobernaciones de todo el país contratando sin mayores restricciones en estos meses tan complejos. Más allá de que la intención de ambas medidas sea la loable reactivación económica después de los años de pandemia, queda la sensación de que las medidas populistas se utilizan para respaldar a candidatos afines al Gobierno. No solo se trata de una medida cuestionable desde el aspecto técnico, sino que puede verse como favorable a ciertos sectores políticos.
El Gobierno debería reconsiderar las fechas. Mientras tanto, el debate sobre una futura reforma tributaria, que debe incluir la consideración de eliminar los días sin IVA, debe darse entre los candidatos al Congreso y a la Presidencia. Sin populismo, ojalá, aunque el incentivo por estas fechas es decir lo que las personas quieren escuchar. Colombia necesita planes serios y sostenibles.
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