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18 de enero de 2022 - 05:00 a. m.
La manera de fomentar la vacunación no puede ser que el Estado obligue a las personas a ceder por completo su autonomía.
La manera de fomentar la vacunación no puede ser que el Estado obligue a las personas a ceder por completo su autonomía.
Foto: AFP - JOAQUIN SARMIENTO
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Los gobiernos de varios países han mostrado su frustración con las personas no vacunadas de la peor manera posible: instaurando la vacunación obligatoria. Aunque nos encontramos en una etapa de la pandemia en que la abrumadora mayoría de personas hospitalizadas y fallecidas son no vacunadas, el acto de equilibrismo entre derechos individuales y colectivos no puede tirarse por la borda. Queremos superar el COVID-19, evitar futuras variantes, respaldar al personal de salud y reducir las tragedias entre la población más vulnerable, incluso pese a haber recibido las vacunas, pero al hacerlo no todo es válido.

Terminando 2021, Ecuador fue el primer país latinoamericano en decretar la vacunación obligatoria. “Hemos declarado obligatoriedad para la vacuna contra el COVID-19 justamente porque queremos proteger la salud de todos los ciudadanos”, dijo Ximena Garzón, ministra de Salud de ese país. Ecuador tiene un 77 % de la población vacunada, pero viene reportando aumento de contagios y hospitalizaciones.

Algo similar acaba de hacer Austria, con 74 % de la población vacunada. “Cada uno es responsable de su salud y toma sus decisiones. Pero nosotros somos una comunidad y cuando se trata de la seguridad de la comunidad, entonces todos tenemos responsabilidad”, dijo el canciller federal, Karl Nehammer. Quienes no sean vacunados podrán ser multados con 600 euros hasta cuatro veces en un año. A partir de marzo, las autoridades podrán hacer chequeos de estatus de vacunación. Si esto no funciona para subir la tasa de inmunización, el año entrante la multa subirá a 3.600 euros por año.

La frustración es entendible. No hay motivos científicos para negarse a la vacuna y sí muchos efectos negativos. El personal de salud ha expresado su desgaste por tener que atender a personas que pudieron ahorrarse la hospitalización, de haber recibido la vacuna. En Francia, un colectivo de sanitarios propuso incluso la idea, inhumana, de no tratar a los no vacunados. Hablando con Euronews, Shanon Poly, enfermera de una unidad de cuidados intensivos, dijo: “Es desmoralizador, es psicológicamente agotador luchar para tratar a personas que ocupan camas de cuidados intensivos cuando se podría evitar”.

Sin embargo, la manera de fomentar la vacunación no puede ser que el Estado obligue a las personas a ceder por completo su autonomía. Aunque tardan más en causar efecto, los incentivos positivos y negativos son la mejor medida que tienen los gobiernos para aumentar la tasa de inmunización. No permitir la entrada a espacios colectivos, pedir carné de vacunación al viajar y también en entornos laborales son limitaciones a la libertad individual que tienen justificación en nombre del bien común. Pero exigir que la persona se vacune, so pena de multas o incluso cárcel, es quitarle por completo la posibilidad de decidir.

Tenemos que vencer la pandemia, pero en el proceso no podemos dejar a un lado las libertades individuales y la resistencia a que los Estados vulneren la autonomía. Hasta ahora ha sido un difícil acto de equilibrismo que permanecerá mientras sigamos ante el COVID-19.

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Alvaro(24979)18 de enero de 2022 - 11:41 p. m.
Apreciado Fidel, de acuerdo pero falta lo que no ha querido ver El Espectador... hay mucha gente vulnerable que no tiene la vacuna no porque no quiera si no porque no ha tenido acceso; hay que exigir que el gobierno la lleve (no solo donde es rentable a las EPS, sino a zonas apartadas). Muchos indígenas, campesinos, afro y gitanos siguen en esa situación. Por favor, que el EE vea todos lo ángulos.
María(60274)18 de enero de 2022 - 11:37 p. m.
Si quieren obligar a la gente a vacunarse, entonces que produzcan vacunas efectivas, donde el beneficio sea mayor que el riesgo y no como en este caso, q uno arriesga su salud por nada, por la misma incertidumbre de siempre, que quién sabe cómo me va a dar, ni evitar contagios, ni contagiar, ni parar en una UCI, ni morirse, además de los efectos secundarios a corto y largo plazo q puedan producir.
  • María(60274)18 de enero de 2022 - 11:40 p. m.
    Porque se vacuna a personas aliviadas, entonces no tiene sentido cambiar esa salud por incertidumbre, sin ninguna certeza a cambio.
PEDRO(90741)18 de enero de 2022 - 10:20 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 201 días para que termine este gobierno derrochador de los recursos públicos. Colombia necesita unos dirigentes que sean honestos, transparentes y buenos administradores del erario.
María(60274)18 de enero de 2022 - 10:07 p. m.
En mi casa, tenemos Ómicron, ninguno estamos vacunados y nos lo contagió una persona que tiene las 3 dosis de la vacuna y a ella le dio más fuerte que a nosotros, yo no tengo ni síntomas, así fue la primera vez que me dio Covid, q me dio muy suave, pero yo siempre lo he tomado seriamente, porq el Covid no es un juego ni una simple gripita, aunque el actual tiene síntomas de gripa, pero más suave.
  • María(60274)18 de enero de 2022 - 10:12 p. m.
    Al menos ese ha sido nuestro caso. Así como tomo muy en serio al Covid, tomo en serio las vacunas, es decir, como pueden ser la salvación, unas vacunas sin probar debidamente como estas, pueden ser peores que la enfermedad. Y la información q hay es muy parcializada, los mismos laboratorios se publicitan, no hay alguien sin intereses q de cuenta de los resultados, ocultan información relevante.
María(60274)18 de enero de 2022 - 09:54 p. m.
La solución no es obligar a la gente a vacunarse con estas vacunas q no sirven para nada, no evitan ni el contagio, ni contagiar, ni ir a parar a una UCI, ni morir a causa del virus, ni evitan que mute y por el contrario están en ensayos y pueden causar efectos graves y también matar, solo que eso se esconde, se minimiza, hasta el simple hecho de q una pna vacunada muera por Covid, tratan de ocult
  • María(60274)19 de enero de 2022 - 01:48 a. m.
    Israel dice que la cuarta dosis no evita el contagio de Ómicron, y eso sin decir que efectos secundarios puede producir., comprometer al sistema inmunitario, es que aplicar esa vacuna a diestra y siniestra, es un total error, claro que como ellos manejan las medicinas, deben estar felices de que la gente resulte enferma con otras enfermedades graves que requieran medicinas costosas.
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