Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Al cerrar el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, utilizó su cuenta de Twitter para lanzar una pregunta que sonaba a reclamo. Compartiendo un video de los incendios provocados por algunas manifestantes en la Catedral Primada, la mandataria escribió: “Este video me lo mandó el propio comandante de Policía Bogotá. ¿Por qué en vez de grabar no aplicaron el protocolo distrital y la ley? Pregunto con respeto: ¿tienen la orden de su mando nacional de dejar hacer y dejar pasar?”. En respuesta, el general Carlos Triana, comandante de la Policía de Bogotá, dijo que hubo “1.000 hombres y mujeres policías, además de las capacidades logísticas que acompañaron la jornada con el fin de garantizar el derecho a la manifestación”. En el fondo, la pregunta transversal al encontronazo es por las nuevas directivas del Gobierno sobre la participación de la Policía en las manifestaciones sociales.
El 25 de septiembre, el director de la Policía Nacional, general Henry Sanabria Cely, expidió un instructivo con los “lineamientos institucionales para el restablecimiento del orden”. Básicamente se trata de las nuevas reglas para las fuerzas de choque que entran a reemplazar al Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). Entre las órdenes durante las marchas está admitir “la protesta y el derecho a la libertad de expresión, lo que implica que, en este caso, las agresiones verbales deben ser toleradas por el personal uniformado”, y dice también que “el acompañamiento a la manifestación pública debe ser, en lo posible, discreto, para que la presencia de los miembros de la Policía Nacional no sea aprovechada por los manifestantes para incitar al odio”. Se les da prioridad, asimismo, a las unidades de diálogo cuando haya actos de vandalismo.
Por eso, la pregunta de López hace eco de la preocupación de muchas personas: ¿será que los nuevos protocolos implicarán un retroceso en la protección de las personas y los bienes públicos? Porque se trata, ante todo, de un acto de fino equilibrismo: la Policía debe poder garantizar las manifestaciones pacíficas e intervenir de manera efectiva y humana cuando haya delitos que se cometan. Videos de quemas sin policías cerca envían un mensaje equivocado en medio de una de las apuestas más importantes del Ministerio de Defensa del presidente Gustavo Petro.
La respuesta al actuar de la Policía es clave para que hechos como el de la Catedral Primada no sigan robándose los reflectores de los justos reclamos sociales. Por supuesto que rechazamos las vías de hecho, innecesarias e inefectivas, que se vieron en Bogotá. Pero también es importante resaltar cómo varias agrupaciones feministas se encontraron en distintos lugares del país para exigir que el derecho al aborto libre sea una realidad. El reclamo es a la Corte, que está estudiando una posible anulación de la sentencia; al Ministerio de Salud, que debe expedir cuanto antes una regulación, y a las EPS e IPS, que están creando obstáculos inexistentes para las personas que desean abortar.
Que el vandalismo no censure las voces que están ejerciendo el derecho fundamental a marchar, y que la Policía aprenda pronto a actuar sin abusos de poder, pero también sin dejar la sensación de desprotección en el aire.
¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.
Nota del director. Necesitamos lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.
