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Rodrigo Pardo, una voz necesaria que hará mucha falta

21 de febrero de 2024 - 02:00 a. m.
La desaparición de Rodrigo Pardo priva al país de una mente brillante y una voz reposada y reflexiva, justo cuando el periodismo más necesita esa mesura.
La desaparición de Rodrigo Pardo priva al país de una mente brillante y una voz reposada y reflexiva, justo cuando el periodismo más necesita esa mesura.
Foto: CRISTIAN GARAVITO/EL ESPECTADOR - Cristian Garavito

El fallecimiento del excanciller Rodrigo Pardo, quien también fue director y columnista de El Espectador, es una gran pérdida para el país. Fue siempre una persona sencilla, cordial, de bajo perfil, pero grandes realizaciones, dotado de una gran inteligencia, agudo observador de la política nacional e internacional y uno de los analistas más ecuánimes cuando, con frecuencia, era requerida su opinión. En el mundo de la política exterior y la nacional, del periodismo y de la academia, su temprana desaparición ha sido con razón muy lamentada. Una enfermedad deja a Colombia sin un ser humano que por todos los sitios donde pasó dejó un gran legado por su inigualable calidad profesional y su calidez humana.

Rodrigo venía de una familia librepensadora con una fuerte vocación hacia el periodismo, en especial por su abuelo materno, don Roberto García-Peña, durante muchos años director de El Tiempo. Comenzó a hacer sus primeros pinos en la naciente revista Semana, mientras terminaba sus estudios de economía en la Universidad de los Andes y realizaba estudios de posgrado en Washington. En la Universidad de los Andes, junto a los profesores Juan Tokatlian y Gerhard Drekonja, inició el estudio académico de las relaciones internacionales en Colombia. De allí entraría a trabajar como asesor en la presidencia de Virgilio Barco y luego, en el gobierno Gaviria, fue nombrado vicecanciller y embajador en Venezuela. En Caracas vivió el golpe de Estado del coronel Hugo Chávez. Durante su estancia ayudó a apuntalar la relación bilateral, en lo político y en el intercambio comercial, que se fortaleció de manera sustantiva.

En el gobierno de Ernesto Samper, con apenas 36 años, fue ministro de Relaciones Exteriores, donde amplió las relaciones bilaterales y multilaterales con el resto del mundo. Entre otros temas, manejó, junto al excanciller Julio Londoño Paredes, a quien tuvo como su maestro, la Presidencia de Colombia del Movimiento de Países No Alineados. Durante su paso por la Cancillería debió afrontar un momento personal muy complejo cuando fue implicado en el denominado Proceso 8.000. Una vez exonerado de cualquier responsabilidad por la Fiscalía, renunció a la Cancillería y fue nombrado embajador en Francia, de donde regresaría al poco tiempo para asumir la dirección de El Espectador.

En adelante se dedicó a su vocación más querida: el periodismo. Fue subdirector de El Tiempo, director de Noticias de RCN Televisión, director de la revista Cambio, director editorial de Semana y últimamente tenía una leída columna de análisis en nuestra edición dominical. Su amplio conocimiento de todos los temas y el equilibrio que siempre aplicó a sus análisis ayudaban a aclimatar la polarización. Fue un decidido defensor de la paz y el respeto por los derechos humanos. La democracia para él era un ejercicio permanente. Dentro de su bondad y apertura hacia todas las personas, su amabilidad nunca implicó debilidad en sus principios.

La desaparición de Rodrigo Pardo priva al país de una mente brillante y una voz reposada y reflexiva cuando el periodismo más necesita esa mesura. A Inés Elvira, Daniel, Mónica, sus nietas y a Margarita nuestra solidaridad y afecto en este momento doloroso desde esta que fue su casa.

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Diatriba(11201)22 de febrero de 2024 - 02:43 a. m.
Persona sensata, mesurada y de gran altura intelectual.
Caliche(62305)22 de febrero de 2024 - 01:47 a. m.
🌈🌻🌈
Alberto(3788)22 de febrero de 2024 - 12:29 a. m.
De acuerdo. Suscribo. Alguna vez cuando ocupaba la cancillería lo ví buscando discos en Tango y estaba a pesar de su cargo, Solo, sin escolta alguno, sin conductor, pues salió caminando sin aspavientos, ¡Qué contraste con tantas Yerbas del pantano que hasta le ponen sendos escoltas a sus mascotas con Carro Oficial, como de Calígula!
Mario(196)21 de febrero de 2024 - 05:06 p. m.
Paz en su tumba.
DONALDO(67774)21 de febrero de 2024 - 03:03 p. m.
Uno de los pocos periodistas que no necesitan de sesgos para expresar su punto de vista. Inteligente y sencillo.
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