Publicidad

Transición democrática

PODRÍA SER OCASIÓN HOY PARA HAcer un balance de los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe, que ayer llegaron a su fin, tanto para celebrar el indiscutible cumplimiento del mandato de autoridad que recibió de los colombianos en dos ocasiones y el corolario que la recuperación de la seguridad trajo consigo en términos de inversión y crecimiento económico, como para debatir los discretos avances en la reducción de la desigualdad, el desempleo, la corrupción o la violación de los derechos humanos.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
El Espectador
07 de agosto de 2010 - 11:54 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Se podría también entrar a analizar la propuesta programática del recién juramentado presidente Juan Manuel Santos y en particular el alcance del gobierno de unidad nacional que ha planteado desarrollar, así como el papel que desempeñará la oposición con este esquema. Tan importante sería celebrar los vientos de distensión que se anuncian en la relación con los vecinos, y en específico con la hermana República de Venezuela, gracias a las gestiones previas de la canciller María Ángela Holguín, o la relación armónica que se plantea con la Rama Judicial y que ya comentábamos en este espacio hace una semana.

Se podría incluso disertar sobre esa frase que soltó el presidente Santos esta semana a su antecesor —“a veces podemos diferir en la forma de llegar”— para analizar si estamos solamente ante un cambio de estilo más bien accesorio en la manera de gobernar, o si dicho cambio de estilo implica de por sí un quiebre de fondo en las políticas que desde hoy se comenzarán a desarrollar. La presencia de un equipo de gobierno de larga trayectoria e incluyente en lo político podría marcar la pauta de esa diferencia en la continuidad de unas políticas.

Pero más allá de los balances y las expectativas, de las emotivas imágenes de la ceremonia de ayer, la nutrida y significativa presencia internacional o el ritual protocolario de rigor, lo cierto es que la transmisión del mando que tuvo lugar ayer en Colombia tiene un enorme significado que supera los análisis sobre políticas y legados. Porque aunque la transición democrática parezca un asunto normal en un Estado de Derecho, casi de trámite, el proceso que nos trajo en Colombia a este momento no lo fue. Y eso hace que este cambio de mando se constituya en un mojón de fortaleza institucional hacia el futuro.

Ciertamente, una buena parte de los colombianos —alrededor de un 82%, dicen los últimos estudios de opinión pública— sintieron tristeza con la partida de Álvaro Uribe ayer, incluso a pesar de que el presidente Santos haya llegado al poder sobre la cresta de su popularidad y con una promesa de continuidad. Pero incluso ellos deben saber valorar en todo su sentido la importancia de la transición democrática, lo productivo que resulta refrescar los liderazgos y los mensajes, lo crucial que resulta eludir los caudillismos.

Es en la alternación del poder, así sea para continuar el mismo rumbo, donde las políticas se enriquecen. La prolongación de un mismo liderazgo en el tiempo llama al encierro, a no incorporar la crítica y la revisión, a casarse con lo que se ha hecho, a impedir correcciones sobre la marcha. Y, peor aún y sí que lo vivimos, a cerrar los círculos, ver amenazas donde no las hay, abrir espacio a las influencias complacientes, estirar la ley.

El agradecimiento de los unos y el reproche de los otros al gobierno que se ha ido seguirán el destino que la historia les marque. Lo importante es que, de manera pacífica y madura, el país tramitó la amenaza, que en su momento fue latente, de caer en el enceguecido panorama de una tiranía de las mayorías. La transición democrática ha llegado y de aquí en adelante jugamos con las reglas de la democracia nuestro destino. Dimos ejemplo de madurez institucional y eso hay que celebrarlo.

Por El Espectador

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.