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Un buen comienzo en la relación Colombia-EE. UU.

05 de octubre de 2022 - 05:00 a. m.
La reunión del Gobierno Petro con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, fue un éxito.
La reunión del Gobierno Petro con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, fue un éxito.
Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos Zuluaga

Si había temores sobre la estabilidad de la relación entre Estados Unidos y Colombia con la llegada del primer gobierno de izquierda en nuestra historia, tanto la administración de Gustavo Petro como la de Joe Biden están enviando señales de que no hay por qué preocuparse. De hecho, se puede ver un cambio notable de tono en la relación, una apertura a expandirla más allá de la pregunta sobre el narcotráfico y un interés redoblado del país del norte en Colombia.

La reunión del Gobierno Petro con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, fue un éxito. También demostró que la apuesta de Colombia por cambiar los términos de la relación para encontrar más equidad está siendo bien recibida por el Gobierno Biden. Se habló de una flexibilización en el tema de las drogas, por ejemplo en la libertad de Colombia de tomar decisiones sobre cuándo extraditar a los narcotraficantes. Mientras tanto, el presidente Petro cedió en la necesidad de la erradicación forzada en ciertos casos, en un claro gesto de buena voluntad.

Lo más interesante, empero, es que la conversación no siga concentrada en las drogas. Eso es un contraste con lo que ocurrió en el gobierno de Donald Trump, cuyas dos manifestaciones más importantes sobre nuestro país fueron la amenaza de perder la certificación en la lucha contra el narcotráfico y un mensaje poco disimulado del entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, sobre enviar “5.000 tropas a Colombia”. Luego, con la llegada de Biden, hubo una marcada reticencia a cualquier contacto, sin duda influenciada por la intervención del Centro Democrático en las elecciones de Estados Unidos.

Ahora, en cambio, vimos a Blinken firmar un convenio con la vicepresidenta Francia Márquez, prometiendo que Estados Unidos será “el primer garante internacional” del punto étnico del Acuerdo de Paz. “Es realmente conmovedor estar aquí y conocer las terribles consecuencias de más de 50 años de conflicto”, dijo el secretario de Estado al reiterar que el capítulo étnico es clave para alcanzar una “paz inclusiva que aborde la desigualdad y que garantice los derechos de los afrocolombianos e indígenas”. Por su parte, la vicepresidenta Márquez dijo: “Celebramos que hoy el Gobierno de Estados Unidos quiera ser coequipero de la construcción de la paz total”.

Luis Gilberto Murillo, embajador en Washington, y la vicepresidenta Márquez merecen especial reconocimiento por el trabajo que han hecho para posicionar el compromiso con la diversidad y la inclusión en el centro de la agenda colombiana. La búsqueda de la igualdad ha servido para que las discusiones sobre Colombia con Estados Unidos cambien de foco y de tono, y puede ayudar a fortalecer la alianza a largo plazo.

Quedan dudas y puntos en tensión, claro. Para empezar, el silencio de la administración Petro sobre la invasión rusa a Ucrania es preocupante, así como su ambivalencia en el trato diplomático con Venezuela. Empero, más allá de eso, es de celebrar que Estados Unidos vea la importancia de Colombia como aliada y actúe de manera consecuente. Son, por lo pronto, buenos augurios para nuestro país.

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