Publicidad

Una amarga victoria

EL PUEBLO VENEZOLANO LE PASÓ la cuenta de cobro al presidente Hugo Chávez en un proceso electoral que marca tendencias a corto y mediano plazo.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
El Espectador
29 de septiembre de 2010 - 11:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Aunque el chavismo reclama la victoria al obtener la mayoría de diputados en la nueva Asamblea Nacional, el avance real le corresponde a la oposición, que no sólo obtuvo más votos numéricos, sino que logró romper la mayoría calificada que el gobierno necesita para apuntalar el Socialismo del Siglo XXI.

Los resultados del domingo pasado son dicientes. Un alto nivel de participación, cercano al 65%, en unas elecciones parlamentarias que no atraen al elector, pero que en este caso motivaron su asistencia dado que se convirtieron en un plebiscito sobre la gestión del presidente. De esta manera la mayoría de los sufragantes le dijeron “no” a la angustiante inseguridad, a la inflación y a un largo etcétera. El primer mandatario, con su habitual talante confrontacional, había advertido que pulverizaría a los “escuálidos” de la oposición, quedándole así el camino expedito para su reelección en 2012. Él mismo se fijó la meta de 110 diputados, de los 165 en contienda, para tener una cómoda mayoría y como red de protección contaba con una ley hecha a su medida que le permitió redistribuir los circuitos electorales a su acomodo. A pesar de todo el ventajismo a su favor, las cosas no le salieron como esperaba.

La Mesa de Unidad Democrática (MUD) se fortalece tras obtener conjuntamente con Patria Para Todos (PPT) el 52% de los votos, que se traducen en 65 curules para la MUD y 2 para el PPT, contra 98 del oficialismo, enfilándose así hacia las presidenciales dentro de dos años. Con la madurez alcanzada tras los muchos errores y varapalos recibidos en el pasado, los opositores saben que la vía democrática, a pesar del autoritarismo, así como la unidad son esenciales para llegar al poder. Ahora, sin caer en triunfalismos infantiles ni personalismos desgastantes, y con la mesura y la cabeza fría que debe acompañar a este tipo de resultados, le corresponde a la MUD administrar bien este importante avance para competir de igual a igual con Chávez.

Éste, por su lado, tiene varias opciones a mano. Puede optar por abrir el necesario diálogo con sus contrincantes, en un país altamente polarizado, y buscar un esquema de acuerdos en la Asamblea. Ese sería el ideal, como sucede en una democracia moderna. Sin embargo, para alguien acostumbrado a huir hacia delante, ciertos analistas consideran probable que para minimizar el resultado electoral acuda a un esquema mediante el cual expida algunas leyes de aquí a diciembre, cuando vence la actual legislatura, que le permitan gobernar —sin pasar por el Congreso— gracias a poderes habilitantes. O podría acudir a un parlamentarismo de calle, “empoderando al soberano” para que sea éste, y no la Asamblea, el que tenga la última palabra. Ya lo hizo con las pasadas elecciones de gobernadores y alcaldes, cuando utilizó todas las argucias jurídicas posibles contra los funcionarios de oposición electos para restarles poder político y acorralarlos con restricciones presupuestales que les impiden adelantar su gestión.

Lo cierto es que la situación de Venezuela nunca había sido tan crítica, en todos los aspectos, tras 11 años de chavismo. El modelo autoritario impuesto por el actual mandatario ha demostrado su fracaso en demasiados frentes, y los proyectos sociales asistencialistas, que con razón se le reconocen, no son sostenibles en el tiempo. La historia, como a Fidel Castro, lo está juzgando. Y de qué manera. Al menos Fidel ha dado muestras recientes de lucidez al criticar varias de sus acciones en el pasado. Chávez, quien lo tiene como un ídolo, podría seguir su ejemplo, corregir el rumbo y construir un verdadero proyecto democrático, incluyente en lo social y en lo político, donde todos los venezolanos tengan cabida. Infortunadamente no parece que este vaya a ser el caso, al menos por ahora.

Por El Espectador

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.