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Una decisión con muchos problemas

17 de abril de 2021 - 03:00 a. m.
En un solo fallo el Tribunal Superior de Bogotá abre la puerta al uso de la violencia física dentro del hogar y cuestiona los avances en la protección de las víctimas por violencia de género. / Foto de referencia: El Espectador
En un solo fallo el Tribunal Superior de Bogotá abre la puerta al uso de la violencia física dentro del hogar y cuestiona los avances en la protección de las víctimas por violencia de género. / Foto de referencia: El Espectador
Foto: Óscar Pérez

Los jueces hablan a través de sus sentencias y, en ocasiones, dejan ver mucho más que simples consideraciones jurídicas. En una decisión reciente del Tribunal Superior de Bogotá no solo se introduce una peligrosa concepción de la legítima defensa en casos de violencia intrafamiliar, sino que además hay expresiones del tribunal que atacan la validez del enfoque de género y reproducen prejuicios utilizados a menudo por movimientos reaccionarios. En un solo fallo se abre la puerta al uso de la violencia física dentro del hogar y se cuestionan los avances en la protección de las víctimas por violencia de género.

El caso es interesante, porque suena similar a algo que ocurre a diario en Colombia. Por eso mismo es importante. Una mujer, sospechando infidelidad, le roba el celular a su pareja para revisarle los mensajes de Whatsapp. En respuesta, el hombre la empuja, la tira contra la cama, le pone las rodillas sobre el pecho y le causa lesiones que generan incapacidad de una semana, además de efectos psicológicos. Lo condenan a seis años por violencia intrafamiliar. Sin embargo, el Tribunal Superior de Bogotá vio una exageración en esa decisión, la revirtió y dijo que el hombre actuó en legítima defensa, aunque haya abusado de ella. Por eso solo deberá pagar una condena de ocho meses.

Hay varios puntos por desempacar en esa sentencia. Para el Tribunal, la violencia intrafamiliar fue culpa de la víctima. En sus palabras, los hechos se “desencadenaron a partir del comportamiento de la víctima”. Es decir, ella se lo buscó. ¿Y qué fue lo que hizo mal? Violar el derecho a la intimidad al leer comunicaciones privadas de su pareja.

Estamos de acuerdo con el Tribunal en que la intimidad es un derecho importante y que un celular es un espacio privado que no puede ser vulnerado por nadie. Lo extraño es lo que dice el Tribunal: “La sala considera que el imputado obró en legítima protección de un bien jurídico tutelado con rango de derecho fundamental —la intimidad—, ante el riesgo inminente de vulneración por parte de su excompañera sentimental, quien de forma abusiva, sin autorización del titular, pretendía tomar el teléfono celular con la finalidad de revisar su correspondencia privada”.

La legítima defensa, como explicó en Twitter María Camila Correa-Flórez, doctora en derecho y experta en derecho penal, se invoca cuando hay una agresión “injusta y actual. La pregunta es: ¿revisarle el celular a una persona es una agresión cuya defensa se pueda justificar a través de la comisión de un delito?”. La respuesta debería ser un no rotundo. Aunque el Tribunal dice que hubo exceso en la legítima defensa, al enmarcar el tema en esos términos, dice que, en efecto, la víctima abrió la puerta para la violencia.

Lo que nos lleva a la otra declaración del Tribunal. En un apartado dice que “la valoración probatoria bajo el tamiz de la perspectiva de género no se puede convertir en una presunción de culpabilidad, como de forma preocupante parece estar ocurriendo en algunos procesos”. Aunque suena a una postura razonable, esa idea evoca un prejuicio que ha sido utilizado para renegar de la perspectiva de género: la idea de que esta subvierte la presunción de inocencia. La abrumadora impunidad en casos de violencia de género muestra no solo que el Tribunal está errado en su apreciación, sino que al fomentar esa idea está apoyando que muchas violencias causadas por el desequilibrio de poder sigan ocurriendo.

Al tomar esta decisión, el Tribunal Superior de Bogotá mostró con elocuencia sus propios prejuicios.

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Mauricio(17949)17 de abril de 2021 - 05:05 p. m.
afortunado editorial, que pone en evidencia el sesgo de la justicia (en éste caso del tribunal superior de Bogotá) de nuestra sociedad patriarcal pero preocupa más por el nivel (un tribunal superior) con más impacto así como por tratarse de un cuerpo colegiado.
Alvaro(50403)17 de abril de 2021 - 04:24 p. m.
Machismo claro del tribunal y un mensaje para cualquier pareja si toca el celular sin permiso el dueño del aparato la o lo puede aporrear según el tribunal . Hay que aplaudir o llorar. Que abogados estamos formando en Colombia ?
  • Alvaro(14090)17 de abril de 2021 - 08:27 p. m.
    Como que abogados estamos formando en Colombia?, ya estan formados y pululan y se multiplican en los Tribunales, en los Juzgados, y sobre todo en los entes de control, fiscalia, procuraduria, contraloria. Da verguenza el espectaculo del juicio de uribe, granados, lombana, cancino, cadena, en su orden...ademas bustos, malo, ricaurte...la lista es larga...corruptos torciendo la ley.
Martha(25230)17 de abril de 2021 - 03:52 p. m.
Es increíble que el machismo, reforzado por el desprecio y desvalorizado concepto delamujer en la biblia judeo cristiana siga haciendo estragos en la vida de las mujeres, aplicándoles penas y sanciones como si ellas fueran victimarias em lugar de víctimas.
  • Jorge(30668)17 de abril de 2021 - 11:19 p. m.
    Subyace en nuestra cultura occidental toda una herencia ético-mítica de la religión judeo cristiana que nos conforma, quieranlo o no, como una sociedad patriarcal, machista y misógina. Esto nos invita a deconstruir, a revisar de forma crítica, toda esa serie de creencias religiosas nocivas que nos fue dado por tradición. Así, ayudamos a la construcción de un mundo más humano.
Magdalena(45338)17 de abril de 2021 - 03:39 p. m.
Aquí ni el tribunal ni editorialista tienen la razón,mientras no haya resocialización que incluya formación ética y social , podrán seguir castigando ,pero con esas sanciones será más dificil vivir en una sociedad libre de violencia y odio
  • Mar(60274)17 de abril de 2021 - 10:36 p. m.
    Y usted qué sugiere?
Hugo(14000)17 de abril de 2021 - 02:33 p. m.
Atacar e insultar a los magistrados ,está de moda,tal como lo hace el editorial.Afirma que el hombre "le pone las rodillas sobre el pecho"como si lo hubiera visto.Pontifica sobre el enfoque de género,no analiza la diferencia entre una compañera y una excompañera,ni cual es la verdad probada de los hechos.Además fue condenado a 8 meses y esta condena puede ser suficiente para destrozar un futuro.
  • Martha(25230)17 de abril de 2021 - 03:54 p. m.
    Machista despreciable
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