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Como ha sido una constante en los ya casi dos años de pandemia, hay buenas y malas noticias sobre el COVID-19. La buena es que el Plan Nacional de Vacunación colombiano sigue a toda marcha y ha ubicado al país como uno de los casos de éxito en el mundo, todo un logro teniendo en cuenta las dificultades que se presentaron en el camino y la creciente influencia de los movimientos antivacuna. La mala es que las celebraciones recientes en algunas ciudades sobre una supuesta inmunidad de rebaño envían un mensaje equivocado de que pronto la pandemia desaparecerá, cuando la realidad, gracias a las variantes y a la naturaleza misma del virus respiratorio, es mucho más compleja y nos exige prepararnos para una carrera de largo aliento.
No podemos cantar victoria, pero sí hay motivos para respirar un poco de alivio. A pesar de la presencia de nuevas variantes y de la reapertura de espacios comunes, Colombia ha logrado mantener controlados los casos severos de COVID-19. Según el informe de fin de año de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), la gran mayoría de las camas en las unidades de cuidados intensivos (el 48,8 %) están ocupadas por pacientes no-COVID; el restante 9,5 %, por pacientes COVID. Esa cifra muestra cómo hemos reducido el impacto de la pandemia, pero no deja de ser un reto abierto: la alta prevalencia de otras enfermedades implica que, en caso de un cuarto pico, el sistema de salud volvería a estar en aprietos por falta de camas.
Por eso mismo tenemos que insistir en la vacunación. El éxito del Plan Nacional de Vacunación nunca se ha medido por el número de contagios, sino por la capacidad de reducción de hospitalizaciones y muertes. Eso lo hemos conseguido. Además, los impulsos recientes han permitido que ya 26,56 millones de personas tengan su esquema de vacunación completo. Según los últimos datos compartidos por el Ministerio de Salud, 32,41 millones de colombianos ya fueron vacunados por lo menos con la primera dosis. También se han aplicado 2,42 millones de dosis de refuerzo para la población priorizada.
No hay excusas para no vacunarse. Solo en el último mes llegaron a Colombia 7’120.780 dosis con lotes de Pfizer, Moderna y Janssen. Los espacios de vacunación están habilitados y los procesos son ágiles, así haya filas. Tenemos que seguir aumentando el número de personas inmunizadas, especialmente porque en el futuro cercano la tercera dosis tendrá que ampliarse a todas las demás poblaciones.
Hace poco, Tunja y Pereira dijeron que alcanzaron la inmunidad de rebaño. Pero, como explicó un análisis de la sección Vivir de El Espectador, se trata de un término engañoso: el COVID-19 no va a desaparecer y no podemos bajar la guardia. Hablar de inmunidad de rebaño es promover entre las personas una idea falsa de seguridad. Las variantes van a seguir apareciendo y tenemos que estar listos para seguir enfrentando el virus.
El COVID-19 sigue, pero estamos mucho mejor que hace un año. Que eso sea motivo para celebrar y para seguir cuidándonos.
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