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Venezuela, en la recta final

El 7 de octubre Venezuela irá a las urnas para escoger entre Hugo Chávez y Henrique Capriles el nuevo presidente del país vecino.

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El Espectador
20 de septiembre de 2012 - 11:00 p. m.
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El presidente-candidato y el líder de la oposición se juegan a fondo en los días que les restan de campaña para tratar de llegar al electorado indeciso. De ahí que la reciente visita de Capriles al presidente Juan Manuel Santos sea parte de su estrategia, a pesar del acertado mensaje de neutralidad de Santos.

A medida que se acerca la fecha decisiva y el debate se calienta por momentos, son más los interrogantes que las certezas que surgen al fragor de la campaña. Del lado del gobierno la estrategia se mantiene invariable con el acelerador a fondo en el gasto público para fortalecer el sistema asistencialista, el mismo que ha mejorado los indicadores sociales, y con ataques al opositor señalándolo de ser el candidato de la burguesía “vendepatrias”.

Capriles, por su parte, ha hecho una campaña admirable según lo reconocen tirios y troyanos. La juventud y su aparente debilidad frente al coloso a enfrentar no eran sus mejores cartas de presentación. Sin embargo, ha sabido posicionarse de manera inteligente sin caer en el debate agresivo y personal, en el que el presidente Chávez se mueve como pez en el agua. El candidato opositor escogió el camino de las ideas por encima de los agravios y ha visitado casi todas las poblaciones venezolanas con un mensaje de cambio, ganando adeptos al resaltar las graves falencias del gobierno.

Hasta aquí las cosas parecen obvias dentro de la contienda: un candidato continuista que defiende su obra de gobierno luego de 14 años en el poder y un opositor que pone el dedo en los puntos débiles de su adversario. ¿Cómo evaluar entonces las preferencias del electorado? La respuesta clara serían las encuestas. Pero ahí afloran diversas ópticas ante resultados contradictorios. Veamos.

Como lo explicara una gran encuestadora, las cosas son mucho más sencillas de lo que parece. Según su criterio, hay cuatro grandes empresas, que se mantienen permanentemente y con aciertos y errores le toman el pulso a la realidad electoral. A derecha e izquierda, literalmente, surgen en época de elecciones otras muchas firmas que parecen defender una u otra candidatura en particular. Regresando a las cuatro iniciales, tres le darían el triunfo al primer mandatario por un margen que oscila entre un 10% y un 16%. La cuarta da un virtual empate técnico. Sobre esta base las cosas parecerían estar definidas a favor del gobierno.

Por su parte, otra gran encuestadora muestra desde su perspectiva cómo a pesar de existir una intención de voto que puede parecer mayoritaria hacia el actual mandatario, para ellos existe un número muy importante de indecisos que, según sus muestreos directos, lleva a una pequeña diferencia a favor de Capriles. El tema del deterioro económico es el elemento definitivo en la campaña y ahí el gobierno sale muy mal librado. Con respecto a la inseguridad, y de acuerdo con sus cifras, es el tema más preocupante y central de la campaña, pero la responsabilidad se diluye sin afectar al presidente de manera definitiva.

En ese escenario incierto la visita de Capriles a Bogotá busca no sólo dar una imagen de estadista que valora la vecindad con Colombia, sino que trata de contrarrestar el efecto positivo que parece acompañar al presidente Hugo Chávez con su “nuevo mejor amigo”. El comandante tiene para mostrar ante su electorado en general, y ante los miles de votantes colombianos a los cuales regularizó su situación, en particular, que no sólo hay una excelente relación bilateral en lo económico. La misma le permite ser uno de los países acompañantes del proceso de paz y, además, mostrar formas de estrecha colaboración binacional como la reciente captura del Loco Barrera.

Por ahora sólo resta esperar el cierre de las campañas y conocer el resultado de las urnas para comprobar qué tanto logró calar uno u otro discurso entre el pueblo venezolano, que tiene la última palabra.

 

Por El Espectador

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