El Cali de Sambueza

Hernán Peláez Restrepo
14 de febrero de 2017 - 03:00 a. m.

Así como Juan Fernando Quintero es por estos días el jugador clave del Medellín, el Cali parece haber encontrado en Fabián Sambueza el líder para conducir con fútbol al equipo, porque en el mismo equipo caleño existen líderes de otro estilo, como Andrés Pérez o Abel Aguilar.

En el primer tiempo del triunfo sobre el Once, Sambueza participó en los dos goles. En el primero, llegando por la izquierda casi hasta el fondo y cruzando abajo un remate para Duque, aunque primero llegó Muñoz para marcar autogol. En el segundo, un centro desde la derecha para la aparición sorpresiva de Duque.

Sambueza es un volante con espíritu de delantero. Sabe aparecer en zonas de remate con posibilidad de gol y, además, su buen manejo del balón le facilita crear operaciones interesantes y hacia adelante. Claro que lo mejor de él se vio en el primer tiempo, así al final haya puesto un pase gol para Albarracín, que desaprovechó.

En este partido, el Cali vivió dos facetas: ganó los tres puntos, pero perdió cinco jugadores, dos por lesión, Roa y Lloreda, y tres por expulsión.

En varias ocasiones he criticado esa tendencia de los árbitros a mostrar tarjetas por mostrarlas. Esta vez, el juez Carlos Ortega enrostró más de 12 tarjetas y no sé si están contabilizadas las rojas. Viendo las acciones, muchos jugadores, y es tendencia, entran a pegar, a meter codazos cada vez que van a disputar un balón, a protestar. Muchos consideran que braveando al rival y queriendo posar de guapos olvidan el juego y sacan ventajas, y no es así.

El segundo tiempo en Manizales resultó lamentable. Un Once Caldas que carece de orientador. Sería preferible buscar a Elkin Soto, que, al igual que Máyer Candelo, es lento en apariencia, pero sabe y hace jugar. En el caso del Cali, con Sambueza está alcanzando en estas primeras fechas. Ni Ortega ni Cardona justificaron sus antecedentes de jugadores pensantes y capaces de leer el partido. Así que el Once tuvo la pelota y no sacó ninguna ventaja del número de jugadores que fueron quedando por el Cali, y puedo decir que no se le ve ni pies ni cabeza.

El caso de Sambueza insinúa que cada equipo debiera tener al menos un jugador conductor con personalidad y entereza para hacer valer su clase. Son pocos los equipos que en este comienzo cuentan con un valor individual que señale diferencia. Todos entendemos que un equipo es una asociación de jugadores, con una meta clara y estipulada. Siempre es necesario disfrutar de uno o dos jugadores que sobresalgan con sus condiciones individuales, capaces de contagiar a los restantes y de allí hacer crecer en fútbol al grupo.

 

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