El DANE en su laberinto

Gonzalo Hernández
09 de julio de 2019 - 10:18 a. m.

Estamos por lo menos frente a un severo problema de comunicación institucional del Gobierno cuando la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, declara públicamente que no acepta los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2018. Para la Gobernación, las cifras del censo, que reportan 3,8 millones de habitantes en el Departamento –263.000 habitantes menos que en 2005–, no son consistentes con el número de personas registradas en el régimen subsidiado y contributivo. Según la gobernadora, el censo dejó por fuera al menos a 500.000 habitantes del Valle del Cauca.

Es posible que el tiro salga por la culata y que parte del problema esté en los registros del régimen subsidiado y contributivo y no en el censo, pero no puede pasarse por alto que la gobernadora encuentra condiciones ideales para cosechar en la confusión sembrada por el DANE.

En octubre de 2018, el DANE daba razones para explicar que la población de Colombia podría estar cerca de 43 millones, cifra que sorprendió a todo el mundo por encontrarse bastante lejos de los 50 millones proyectados de acuerdo con la información del censo de 2005. En noviembre, la cifra defendida con argumentos técnicos fue 45,5 millones. Hoy la entidad sale a dar nuevas razones para explicar que en realidad somos 48,2 millones y que sí estamos más cerca de las proyecciones de 50 millones.

No puede usarse el consuelo de tontos de que el DANE está siendo transparente al informarnos en tiempo real cómo van marchando sus cálculos, estimaciones y revisiones. Debe privilegiar la claridad en la presentación de las cifras sobre la inmediatez de los reportes. Aunque es justo mencionar que el censo inició en el gobierno anterior, las continuas imprecisiones de la administración actual al presentar datos, que tienen serias implicaciones sociales, han metido al DANE en un laberinto de incredulidad. Sospecho que los funcionarios veteranos del DANE sabían que reportar los datos por cuotas no iba a resultar bien.

Al caso del Valle del Cauca seguramente se sumarán otros, ya que los datos de la población departamental son claves para las asignaciones presupuestales del Sistema General de Participaciones. El DANE tendrá que ser muy convincente al mostrar que la calidad de la ejecución del censo no generó sesgos sustanciales en el número de habitantes de algunos departamentos. Y también tendrá que atender las inquietudes, a nivel departamental, que surgen con el hecho de que se haya usado información de una encuesta poscensal para hacer las estimaciones y las revisiones finales que ahora nos dicen que somos 48,2 millones de colombianos. ¿Pudieron esas encuestas generar revisiones sesgadas en el número de habitantes con más efecto en algunos departamentos que en otros?

Para los temas presupuestales no bastan las cápsulas informativas, que circulan por ahí, sobre el número total de colombianos o sobre algunos grupos poblacionales. Hay que seguir exigiendo datos que, además de ser confiables estadísticamente, generen confianza en la población.

* Profesor asociado de Economía y director de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co/blogs/gonzalohernandez/).

 

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