El fraude del glifosato

Santiago Villa
24 de octubre de 2018 - 07:30 a. m.

Grupos de agricultores fraudulentos fueron creados por Monsanto para manifestarse a favor del glifosato en al menos siete países: esta fue la denuncia publicada en prensa inglesa y británica la semana pasada, que recogía los resultados de investigaciones hechas por Greenpeace y el diario The Independent

El propósito de estos grupos es generar presión política para levantar la prohibición del uso de glifosato en países como Francia, donde crearon un grupo de falsos agricultores llamado "Agriculture et Libertè". En su cuenta de Twitter dicen: "Nosotros somos un grupo de agricultores franceses unidos para proteger nuestro modo de vida y nuestros medios de subsistencia".

Según la investigación, sin embargo, los creadores del grupo no fueron campesinos que vieron amenazados sus "medios de subsistencia", sino una empresa basada en Dublín, que se llama Red Flag Consulting. En el registro de transparencia de esta empresa ante la Unión Europea, se lee que operan principalmente para Monsanto y British American Tobacco.

En un documental promocional de la empresa, dice que recientemente inició una gran campaña para influir en la reglamentación y asuntos públicos de la Unión Europea, gracias a aliados no tradicionales, con el propósito de cambiar la posición de algunos miembros clave de los gobiernos francés, alemán, inglés, polaco, español, holandés, italiano y rumano. Greenpeace sostiene que esto se refiere a la gran campaña internacional de Monsanto para levantar la prohibición o el desuso del pesticida en estos países de la Unión Europea.

Red Flag igualmente creó grupos de falsos agricultores en Inglaterra, bajo el nombre "Free to Farm" y en Italia bajo el nombre "Liberta di Coltivare".

Es poco probable que las Farc 2.0 estén tras esta investigación periodística. También es difícil pensar que alias Guacho tenga la posibilidad de influir sobre la Organización Mundial de la Salud, que calificó al glifosato como un "posible cancerígeno"; o sobre el tribunal de California que falló a favor del jardinero que demandó a Monsanto, porque el glifosato le causó cáncer; o que hayan sobornado a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, que si bien afirma que no considera la sustancia cancerígena, sí es tóxica para la vida acuática con efectos duraderos.

En cambio, las investigaciones demuestran que Monsanto sí crea grupos de agricultores ficticios y utiliza sus ingentes cantidades de dinero para influir sobre "figuras clave en los gobiernos", con el propósito de que cambien sus políticas con respecto al glifosato. ¿Dónde, entonces, está la corrupción y la inmoralidad? Sería interesante saber si hay "figuras clave" dentro del Estado colombiano que están bajo el ala de Monsanto.

Es cierto que la cocaína no se va a legalizar este año ni el próximo, y que entretanto hay que enfrentar las cadenas de narcotráfico. Dejarlas operar libremente no es una solución. Sin embargo, 25 años de fumigaciones con glifosato tampoco fueron la solución. Según como siempre se nos vendió el propósito de las aspersiones aéreas, eran para acabar con los cultivos, no para que siguieran más o menos igual, o se redujeran a la mitad, según las mediciones más optimistas.

Reducir cultivos a la mitad no es, como la lógica simplista de algunos asume, reducir el narcotráfico a la mitad. La verdad es que no sabemos cuánta de esa coca realmente llega a laboratorios y se procesa, y tampoco sabemos si el hecho de que haya más coca sembrada quiere decir que se exporta más cocaína. Si acaso, la sobreoferta de coca puede reducir el precio del cultivo para el campesino, y quizás desincentivar su siembra. La reducción de la oferta, elevarlo, y por ende generar más incentivo para que otros siembren coca. Quizás el aumento de los cultivos de coca tras años de reducciones siguió esta lógica comercial de la hoja, que es compleja.

Las aspersiones aéreas no son la solución a largo plazo. Tampoco a corto. Si lo fueran, en Colombia ya no habría coca. Una solución que tarda más de 25 años en arrojar resultados no es una solución, es un negocio redondo. ¿Quién se está quedando en Colombia con ese dinero? ¿Quiénes son los que se enriquecen con el glifosato? Hay que mirar los contratos.

Nota: para la redacción de esta columna usé extensamente la información disponible en este reportaje del medio francés RMC.

Twitter: @santiagovillach

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