El huevo y la gallina

Francisco Gutiérrez Sanín
27 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Dice el recién nombrado gerente para la atención integral contra el coronavirus, Luis Guillermo Plata, que el presidente Duque lo llamó a ocupar ese puesto mediante esta dramática admonición: “Ayúdeme a salvar vidas”. Pero, a juzgar por sus declaraciones públicas, el doctor Plata a lo que está ayudando es a construir pretextos.

La verdad, apenas supe que se trataba de una “atención integral” el corazón me dio un vuelco. Pues cada vez que los colombianos nos decidimos realmente a no hacer algo, le ponemos el marbete de “integral”. No he encontrado una sola excepción a esa regla. Pero hice un esfuerzo consciente por procesar las ya numerosas explicaciones del flamante funcionario con la mejor voluntad del mundo.

Aun así, el mensaje de Plata me pareció fatal. Este se puede resumir en dos aserciones. La primera es que hay poco por hacer. Por ejemplo, en la entrevista concedida a Noticias Caracol el 24 de marzo, los periodistas le planteaban un problema y le preguntaban cómo solucionarlo. Plata reafirmaba la existencia del problema y, a renglón seguido, explicaba por qué era dificilísimo hallar un remedio. Pregunta: ¿Qué va a hacer la gente sin trabajo? Respuesta: Sí, es durísimo. Punto.

Aquí, claro, estoy citando de memoria. Pero Plata concedió una entrevista a este diario en donde mantiene esa postura y plantea la segunda aserción, ya sugerida en otros medios: no hay solución porque los colombianos somos indisciplinados. “No nos estamos tomando en serio la pandemia —afirmó—. Nos falta disciplina como sociedad. Parte del éxito de Japón y Corea, más allá del tema médico y las pruebas generalizadas, es que son sociedades disciplinadas”.

Aquí hay algo de verdad. Pero también hay mucha frivolidad. Primero: ¿quiénes somos nosotros? Pues ahí afuera hay millones de personas que han entendido que este fenómeno es mortalmente serio, sea porque sienten que les amenaza su salud, sea porque les socavó de repente sus fuentes de subsistencia. Segundo: no, no pasemos tan rápido por el “tema médico y las pruebas generalizadas”. Porque es que ahí está una de las claves tanto del problema como de las posibles soluciones. Para llevar tales pruebas a cabo se necesita proveer suministros, tener toda una logística que permita hacer un seguimiento a las personas infectadas, prestarles atención personalizada. Esta capacidad es en parte un “tema médico”, pero es sobre todo un “tema de Estado”.

La brutal incoherencia e ineficiencia del nuestro, ciertamente, genera una cultura. Nos recuerda el brillante economista coreano Ha-Joon Chang, en su libro Bad Samaritans, que a principios del siglo XX en la Europa desarrollada los japoneses tenían fama de perezosos y los alemanes de ladrones. Pero la construcción de una economía industrial organizada y —después de muchos tumbos y catástrofes— la de un Estado que merecía ese nombre transformó el panorama. Claro: este es un típico problema del huevo y la gallina que no se puede solucionar mecánicamente. No es que la cultura no importara. Pero ella estaba íntimamente interrelacionada con realidades materiales e institucionales.

Parte de nuestra fatal herencia cultural —dadas nuestras condiciones, que podríamos tratar de cambiar, sobre todo en momentos de crisis— es no sólo la indisciplina, sino la incuria, la ineficiencia, la búsqueda de pretextos para no dejarse evaluar. El caso del doctor Plata —un gerente que profilácticamente explica por qué no podrá producir resultados— es un ejemplo extremo de ello.

Inquietud. A propósito de todo esto, no veo una política social ajustada a la magnitud del problema que estamos viviendo. En Estados Unidos aprobaron, según The New York Times, el paquete de ayuda más importante en la historia de ese país. Los tomadores de decisiones en Colombia —un país marcado por la desigualdad y la informalidad— tienen que entender que no podemos salir de esto pensando en pequeño. Enfrentamos el espectro del hambre y de las explosiones sociales asociadas a él.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar