Construir democracia

El liderazgo político democrático: reflexiones psicosociales

Hernando Roa Suárez
02 de mayo de 2018 - 02:00 a. m.

Los nuevos líderes políticos y estadistas deben tener la capacidad para insertarse creativamente en la transformación de la realidad.

Estamos en la recta final que definirá el presidente que gobernará en Colombia en el intervalo de (2018-22). En las dos columnas anteriores, me ocupé de abordar las cualidades y las  actividades que debe tener y adelantar el líder político y estadista, para el siglo XXI. Hoy me ocuparé de presentar reflexiones psicosociales que facilitan el ejercicio de su vocación. Pensemos cuidadosamente.

Si entendemos que el líder político y estadista democrático debe ser un ciudadano, conductor  y  jefe que, con prestigio intelectual y humano y reconocida capacidad de mando y ejecución, asume un proyecto histórico capaz de generar seguidores organizados y comprometidos con su causa, para el ejercicio del poder; y que la psicología social tiene por objeto el estudio sistemático de los problemas vinculados a la naturaleza social humana, busquemos correlacionar estas nociones para abordar el tema y presentar caminos que orienten el quehacer político. Las reflexiones  que presentaré a continuación, facilitan que el líder sea eficiente y eficaz, en términos históricos [1].

1. Adoptar propósitos claros y definidos; mantener la capacidad para su cumplimiento y revisar con frecuencia y conciencia crítica, sus ejecutorias (Alfonso López Pumarejo).

Recordemos que, para la campaña de 1930, López proclamó la necesidad de retomar el poder para el Partido Liberal. Con el triunfo de Olaya, el Partido inicia la transformación de Colombia. Al ser electo presidente en 1934, López impulsó persistentemente la inserción de Colombia a la modernidad. Pienso que conocía, como Spencer, que el progreso no es un accidente sino una necesidad.

2. Definir con precisión los retos políticos que le compete enfrentar y trazar las respectivas estrategias y tácticas, con sentido espacio-temporal (Charles de Gaulle).

Con su magnífica capacidad intelectual y transitoria experiencia política, De Gaulle se promete a sí mismo liberar a Francia del poder del nacional-socialismo. Desde Inglaterra, traza una estrategia que le permitirá, con el apoyo del pueblo francés y los aliados, desterrar al invasor. Hoy sabemos que, a De Gaulle, no le quedó grande la grandeza. Para él, fue un camino hacia algo que no conocía.

3. Disponer de una aptitud mental para impulsar los cambios y adaptarse a ellos. Esto implica desarrollar capacidades que le faciliten manejar las transformaciones que conllevan los procesos de la vida nacional e internacional (Carlos Lleras Restrepo).

Quienes conocimos el pensar y el accionar del presidente Lleras Restrepo, observamos su habilidad tecnocrática, consagración al estudio y una espléndida capacidad para emprender transformaciones al interior de la administración pública. Electo presidente, y enfrentando sectores de la oposición, logró impulsar una de las más importantes reformas administrativas, a lo largo del siglo XX. Sabía, con Vinet, que “el verdadero progreso consiste en renovarse”.

4. Trabajar en equipo. Sumar y multiplicar grupos responsables e inteligentes, comprometidos con su proyecto político. Así mismo, desmitificar la idea de que el único liderazgo político posible es el heroico. (Alberto Lleras Camargo).

Hecho a pulso, desarrolló su excepcional inteligencia e intuición política. Muy temprano hubo de ejercer, en condiciones políticamente conflictivas para el Partido Liberal (1945-46), la Presidencia la República. Fue el primer secretario general de la OEA y ulteriormente, en ejercicio de su vocación democrática, descendió de los riscos Uniandinos y convocó el apoyo político nacional e internacional para derrotar la dictablanda rojista y encauzar la democracia colombiana como presidente, a partir de 1958. En ejercicio de su actividad, fue evidente su habilidad para sumar y multiplicar adeptos a la causa, lo que le permitió triunfar ampliamente. Incisivo analista político y conocedor de la realidad internacional,  actuó como estadista.

Su fundación de la Escuela Superior de Administración Pública (Ley19/58) [2], fue una decisión dirigida a solucionar los enfrentamientos por los cargos públicos; profesionalizar el proceso de adiestramiento y formación de los administradores públicos ; y evitar la corrupción y el clientelismo en el ejercicio de la función pública, a nivel local, departamental y nacional.

El testimonio de García Márquez [3] se me presenta aleccionante: “Sin embargo, quedamos sus sobrevivientes para recordar por él que en ningún momento de su vida pública tuvo Alberto Lleras un poder tan grande como el que irradiaba su imagen casi mítica desde las brumas de su refugio final. No sólo más grande que el poder enorme de sus momentos de mayores glorias, sino el más grande e invisible que hubo jamás en la Colombia de su tiempo. Él lo ejerció en silencio desde los umbrales del olvido, tal vez sin saberlo, quizás a sabiendas, pero no con artimañas de patriarca jubilado, sino con sus artes mágicas de escritor, hasta el día de su muerte sigilosa y suya, y en su cama”.

5. Tomar distancia para observar –cuidadosamente– los procesos, disponiendo de espacios que le faciliten el análisis objetivo de los hechos. (Carlos Lleras Restrepo).

Desde muy joven se inició en el ejercicio de su vocación política. A través del desempeño de sus distintos cargos, y con una capacidad excepcional de estudio y comprensión  de la realidad nacional, se preparó para ejercer la Presidencia de la República como hombre de Estado. Electo presidente, llevó a cabo una de las más serias gestiones, en el siglo XX, encaminadas a la transformación del país, en coordinación con la iniciativa privada progresista. Su labor como presidente, fue una lección de inteligencia, del valor de la experiencia y del amor a Colombia, con eticidad y creatividad.

6. Desarrollar estrategias que le permitan externalizar los conflictos, considerando que la causa tiene otros apoyos y que la lucha individual no es necesariamente la única opción. Es un error común aislarse, viéndose a sí mismo como la fuente y centro del conflicto. (M. Gandhi).

Conocedor de la situación opresiva de su pueblo, se propuso derrotar el imperio inglés que explotaba su Nación. Estudiada la mentalidad básica de los ingleses, los derrotó con la aplicación de la Satyagraha y sus principios de no violencia. Sabía que su triunfo debía ser el resultado de una acción colectiva de su pueblo y lo logró, habiendo legado a la humanidad un ejemplo de autodominio y visión histórica creativa. Con una profunda conciencia del sentido de la libertad, su labor teórico-práctica lo consagró como uno de los grandes líderes políticos del siglo XX.

7. Diferenciar entre su papel de líder y su propia personalidad, estableciendo las diferencias entre su misión y la atracción que se ejerce sobre los demás, derivada del ejercicio del poder (Winston Churchill).

Con capacidad predictiva, sostuvo en 1940: “Nos esperan largos meses de tinieblas, de pruebas y tribulaciones... no sólo de grandes peligros, sino de sinsabores y decepciones está lleno nuestro futuro. La muerte y el dolor serán nuestros compañeros de viaje. Las privaciones serán nuestro uniforme, y la constancia y el valor nuestro escudo”. Colocado en la cima del poder, en medio de la gran crisis provocada por la Segunda Guerra Mundial y la vocación imperialista hitleriana, no se dejó confundir con los alamares del poder y con una gran estrategia, firmeza y habilidad política, fue uno de los gestores decisivos de la derrota de los países del Eje (Alemania, Italia y Japón).

8. Actuar con honestidad para que sus seguidores acepten y apoyen su proyecto político (Rafael Uribe Uribe y Jorge Eliécer Gaitán).

Uribe Uribe. Habiendo forjado su liderazgo en las trincheras y terminada la Guerra de los Mil Días (1903), jamás renunció al empleo de la palabra y de la pluma para la difusión de sus ideas progresistas y visionarias. Como militar, parlamentario, diplomático, escritor y periodista, asumió los principios de la ética liberal impregnada de las orientaciones de los socialistas utópicos. Su vida sigue siendo un paradigma de político consecuente con sus principios y valores. Sirvió a la Patria y al Partido Liberal como pocos colombianos lo han hecho a lo largo de su historia.

Jorge Eliécer Gaitán. Estudioso del proceso histórico nacional, dentro del contexto mundial, sabía el impacto que producía el ejercicio ético de su vocación política. Su existencia fue un ejemplo de superación y consagración al servicio de los intereses populares. Conoció las raíces y encarnó –con su vida– las consecuencias del principio: Vivir honestamente (Honeste vivere). Su vida, obra y vocación, son un testimonio de consagración que, para el siglo XXI, bien vale la pena retomar y proyectar con creativo sentido histórico.

Estos dos caudillos –distintos y complementarios– se caracterizaron por su eticidad en el ejercicio de la labor política. Nótese que esta característica ha sido muy escasa, en tratándose de caudillos latinoamericanos o mundiales.

9. Organizar y preparar la sucesión para el ejercicio del mando, actuando como estadista y no como caudillo. Evitar en lo posible, que se frustre la continuidad en la implementación del proyecto político, por falta de previsión ante su ausencia o muerte. (Konrad Adenauer).

En unión de Erhard, Röpke... y el respaldo del pueblo alemán, es uno de los gestores fundamentales del proceso de reconstrucción democrática de la Alemania Federal. Con su acción política, desarrolló el proyecto de la Sociedad Formada y ejerció el poder, de tal manera, que permitió e impulsó la prolongación de su obra hasta colocar a Alemania como una de las potencias fundamentales de la Unión Europea. Fue, en términos goethianos, unos de los hombres en los cuales se reflejó la reconstrucción alemana.

10. Mantener su capacidad plena mediante la previsión de recesos en su actividad, en un ambiente propicio que le permita recuperarse. Tener presente que “hacer no es agitarse, sino realizar lo difícil”. (John F. Kennedy).

Con una positiva vocación de triunfo, accedió al poder en medio de reñida competencia con el candidato del Partido Republicano (R. Nixon). Asesorado por brillantes profesores universitarios y tratadistas (Gallbraith, Sorensen, Schlesinger...) supo insuflar a su pueblo una nueva etapa del “sueño americano”. Conocedor del puesto que ocupaba en la historia del mundo, frecuentemente buscó espacios de reposo y reflexión para enfrentar los avatares de la política y proyectarse históricamente. Bien sostuvo Sorensen: “Su vida, no su muerte, creó su grandeza”.

¿Será cierto que si asumimos estas orientaciones psicosociales —como un legado de líderes políticos y estadistas, de los siglos XIX y XX— se facilitará un ejercicio eficiente y eficaz de los nuevos liderazgos políticos? ¿Por qué no replantear los ejemplos exitosos y adelantar la transformación de nuestra inequitativa sociedad, por la vía democrática participativa?

roasuarez@yahoo.com

Referencias

[1] Nótese que los líderes señalados practicaron ­­­—frecuentemente— más de una de las orientaciones que se han privilegiado en el texto.

[2] Para un conocimiento apropiado de esta institución, véase: Diego Younes Moreno. La Esap y el desarrollo institucional colombiano. (1998) Esap publicaciones. Bogotá.

[3]Alberto Lleras. Memorias. (1997). Banco de la República. Bogotá, pp. 20-21.

Bibliografía del autor sobre el tema

Construir Democracia. 45 años de periodismo de opinión. Prólogo: Alfredo Sarmiento Gómez. (2016). Universidad Nacional-IEPRI; Universidad Javeriana-Instituto PENSAR; Compensar; Redunipaz; Domopaz; Grupo Editorial Ibáñez. Bogotá. p.p. 36-45; 115-126; 153-484; 535-556; 573-589. Leer y escribir, hoy. Una aproximación desde Colombia. Primera edición. (2015). Ibáñez. Bogotá. p.p. 19-131. Luis Carlos Galán. Un demócrata comprometido.  2ª edición. Prólogo: Carlos Gustavo Cano. (2014). Javeriana, Compensar, Sysman. Grupo Editorial Ibáñez. Bogotá. p.p. 147-398. Reflexiones político-democráticas. (2013). Grupo Editorial Ibáñez. Bogotá. p.p. 21-83. COLOMBIA POLÍTICA. Ensayos y escritos (2012). Universidad Javeriana-Ibáñez. Bogotá. p.p. 238-255; 259–315; 467-495. LA GOBERNABILIDAD, HOY. Aportes a un debate. (2011). Universidad Javeriana-Ibáñez. Bogotá.  p.p.  25-48; 61–67; 73-96. Construyamos paz y democracia en América Latina. Aportes a su debate y concreción. Entrevista a Johan Galtung. (2012) Revista Análisis Político N. 75. Universidad Nacional – IEPRI. Bogotá. p.p. 139–153. En cada uno de estos textos, se encuentra bibliografía pluralista complementaria.

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