El marco fiscal

Salomón Kalmanovitz
12 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

El Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) fue elaborado por primera vez en 2003, por iniciativa de Alberto Carrasquilla, cuando él mismo se consideraba un economista serio. En ese entonces propuso aumentar el recaudo tributario fuertemente con un IVA generalizado que el presidente Uribe desautorizó, precipitando su renuncia. El documento debía ser la hoja de ruta del sector público: incluía un plan financiero, un programa macroeconómico plurianual, metas de superávit fiscal, el nivel de deuda pública y el costo de las exenciones y deducciones de impuestos.

Hoy ha presentado una nueva versión del MFMP bastante controversial, por decir lo menos. Consta de supuestos irreales sobre crecimiento económico, metas de déficit fiscal imposibles de lograr y una reducción de la deuda pública a la vez que ha sacrificado los ingresos que aportaban las empresas al fisco, complementado con recortes del gasto corriente, muy difíciles de lograr, y de la inversión pública.

El crecimiento de 2019 se ha proyectado en 3,6 % y el de 2020 en adelante por encima del 4 %; se supone que al reducir el costo del capital habrá más inversión y esta acelerará el crecimiento. En la Ley de Financiamiento se dio una deducción total del IVA a los bienes de capital que en verdad era un impuesto antitécnico, pero además se redujo la tasa de tributación de las empresas en diez puntos porcentuales, lo cual es inequitativo y abrió además un gran boquete fiscal. Pera rematar, el ministro ha declarado que “la mejor política fiscal es un mayor crecimiento económico y esa es la gran apuesta del Gobierno”.

Hoy Carrasquilla cree en la curva de Laffer, un economista que en los años 80 justificó los recortes tributarios del presidente Ronald Reagan, al afirmar que la baja de las tarifas impositivas siempre da lugar a un aumento del recaudo fiscal. El Nobel Paul Krugman ha rebatido teórica y empíricamente tan contraevidente afirmación, tildándola de economía vudú, más brujería que ciencia social. El argumento principal es que el costo del capital es solo una consideración en la decisión de invertir y que existen muchas más; así, las descargas tributarias de Trump se fueron a la autocompra de acciones de las sociedades en Estados Unidos o en nuestro caso pueden conducir a la fuga de capital.

El déficit fiscal de 2018 fue 3,1 % del PIB y el MFMP dice que se va a reducir $7 billones, a 2,4 % del PIB este año, cuando el faltante generado por la Ley de Financiamiento fue precisamente… $7 billones. Los $14 billones saldrán no se sabe de dónde, porque ya estamos a cuatro meses de terminar 2019, el gasto ha debido aumentar (vía al Llano, migración venezolana, etc.) y las ventas de activos públicos pueden demorar dos años o más. En 2020, más modestamente, el déficit lo reducen al 2,2 % del PIB, a punta de… crecimiento, pues, como hemos argumentado muchos, la venta de activos no puede aplicarse a reducir el déficit fiscal. Según Sergio Clavijo, el grueso del recorte fiscal va a reducir la formación de capital fijo público (carreteras, acueductos, energía) que del 2,2 % del PIB en 2018 pasará al 1,4 % en 2020, ese sí afectando negativamente el crecimiento.

El costo fiscal de las deducciones y exenciones de 2018 alcanzó 8 % del PIB. Con la piñata de este año será bastante mayor, ya que la sola reducción de la tarifa a empresas vale 0,7 % del PIB y faltará contar las gabelas ofrecidas a los sectores particulares de zonas francas, hoteles, restaurantes y un largo etcétera.

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