A la Comisión de Disciplina de la Dimayor le sucedió en el caso de Emerson Acuña lo mismo que al Gobierno en el tema de las pirámides: estaban avisados, llegaron tarde y actuaron mal.
Durante meses y meses la prensa y algunos funcionarios gubernamentales habían advertido que tarde o temprano el negocio piramidal caería por una sencilla razón: de eso tan bueno no dan gratis y en algún momento la cadena se rompería y serían demasiados los afectados. Se les dijo, se les advirtió, se les anunció y no hicieron nada hasta el día en que Murcia desafió a Su Majestad.
También durante meses en el fútbol se advirtió que existía una clase especial de jugadores que habían hecho de la simulación y el engaño una forma de actuar. Antes que Acuña, Fano, del Once Caldas, y Valoyes, de Santa Fe también fingieron faltas y recibieron penas inexistentes.
El Gobierno no hizo nada a tiempo, la Comisión Disciplinaria tampoco. Y sólo cuando Acuña se lanzó a la pileta y todos al tiempo protestaron y pidieron la aplicación de sanciones, los integrantes de la Comisión recordaron que tenían herramientas jurídicas a su alcance, que la simulación de faltas constituía dolo y estaba tipificada como causal de sanción, entonces sí decidieron aplicar el código contra el jugador barranquillero, el mismo que no usaron para sancionar a Fano, Valoyes y otros simuladores.
El Gobierno recordó en forma tardía que estaba prohibido “captar dinero” y decidió tomar medidas y hacer cumplir la ley vigente. Qué horror, se peca por acción y por omisión, y en el caso de las pirámides la inacción gubernamental durante meses y años fue terrible.
Acuña debió ser sancionado, igual que Fano o Valoyes y por eso se antoja que la decisión de la Comisión es extemporánea e injusta, porque el principio elemental de la justicia es que ésta sea para todos y en el caso de los “piscinazos” no lo ha sido. La actuación de la Comisión es populista, demagógica, para la galería, para la gran prensa del interior y tiene razón el Júnior cuando alega que convirtieron a su jugador en el “conejillo de Indias”, el trompito de poner, el chivo espiatorio.
Y ahora, como sancionarán a tanto jugador mentiroso que vive tirándose, inventando faltas, quién cómo y cuándo podrá juzgar la simulación. Terreno peligroso, figura pantanosa la que abrió la Comisión.
Finalmente, en Barranquilla tienen que quitarse la idea de que esto es contra la Costa y alimentar ese odio regional que a nada conduce. Como podrán leer, este periodista que es un “cachaco”, también cree que es injusta la sanción contra Acuña y que la Comisión, al igual que el Gobierno, es culpable por no aplicar la ley a tiempo y para todos.