En Cúcuta la nieve son copos de ceniza

Arturo Charria
22 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

El pasado 15 de agosto, durante el encuentro Hablemos de Verdad, el periodista cucuteño Jhon Jairo Jácome le preguntó al excomandante paramilitar Jorge Iván Laverde por la aspiración de un candidato a la Alcaldía de Cúcuta que apoyó y financió a los paramilitares en la región. La moderadora le pidió al periodista que mencionara a quién se refería. Jácome volvió a tomar la palabra: “La empresa es El Palustre; el partido, el Centro Democrático, y el candidato, Iván Gélvez”.

El excomandante paramilitar respondió con tranquilidad. Primero, mencionó al empresario de buses Hernando Acevedo como uno de los principales financiadores de las Auc en Norte de Santander. Y, después, confirmó la pregunta de Jácome: El Palustre también financió a grupos paramilitares en la región.

Sin embargo, estos no son señalamientos nuevos, sino confirmaciones de una realidad conocida por los cucuteños y que va más allá del nombre de estos dos empresarios con aspiraciones políticas. Las declaraciones de Laverde ponen de presente tres situaciones que deberían ser parte del debate público en la ciudad.

En primer lugar, la responsabilidad que pueden tener algunos empresarios cucuteños que financiaron la guerra en la frontera. Estremece reconocer que Norte de Santander fue la región con la mayor tasa de desapariciones forzadas entre 1997 y 2005, los años más intensos de la guerra en Colombia. Pero no solo las cifras deberían conmocionar, sino la forma en que se dieron estos hechos. Basta con recordar el horror de los hornos crematorios construidos por los paramilitares a 25 minutos de Cúcuta. Allí se incineraron a cerca de 585 personas. Un poco de brisa era suficiente para que las cenizas cayeran como nieve negra sobre la ciudad.

En segundo lugar, la persistencia del poder de Ramiro Suárez y la devoción que los políticos de la región tienen hacia este criminal. Pocos delincuentes tienen tantas visitas como el exalcalde, que está condenado por homicidio y vínculos con grupos paramilitares. En la alcaldía de Ramiro Suárez, los paramilitares consolidaron su presencia y dominio en la frontera. Entre los asiduos visitantes a la cárcel se encuentra el también candidato a la Alcaldía de Cúcuta Jorge Acevedo. El poder que mantiene Ramiro Suárez se centra en su habilidad para controlar y repartir los grandes contratos de infraestructura, y en tener la mayor bolsa de empleo en la ciudad.

En tercer lugar, hay una corresponsabilidad por parte de la ciudadanía que elige, aplaude y calla, según sea el caso. Elige a candidatos sobre los que hay pruebas suficientes de sus vínculos con delincuentes. Aplaude las bravuconerías del Gobierno Nacional contra Venezuela sin importar las consecuencias de estas acciones en su cotidianidad. Y calla cuando los muertos aparecen al filo de los barrios populares o en esa tierra de nadie que se conoce como “La Parada”, principal paso fronterizo de la ciudad.

Es lamentable que no importe cuánta verdad salga a la luz pública sobre los hechos más atroces de la guerra en la región, pues estos no generan ningún impacto en la opinión pública. Incluso, hay quienes tienen el cinismo de afirmar que eso ya se sabía y que no entienden por qué hay tanto escándalo. Jhon Jairo Jácome preguntó, no porque quisiera conocer una información nueva, sino para que otros escucharan lo que niegan con sus palabras y legitiman con sus votos. Sin embargo, no pasa nada y en Cúcuta seguirá nevando ceniza, porque en la frontera los hornos de la muerte aún siguen encendidos.

@arturocharria

 

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