En salud y en enfermedad

José Roberto Acosta
27 de abril de 2018 - 08:42 p. m.

A casi un año de la venta de Cafesalud al consorcio Medimás, se confirma que ese negocio se hizo con la cédula y que los compradores siguen desangrando el sistema de salud.

Dentro de la acción popular que inicialmente frenó la venta, el abogado Aníbal Rodríguez solicitó desde octubre pasado, al Tribunal Administrativo de Cundinamarca, una “vigilancia rigurosa de los recursos que Medimás EPS SAS ha recibido por concepto de la unidad de pago por capitación, a fin de evitar que estos recursos se destinen a fines ajenos a la prestación del servicio de salud”. Sin embargo, Medimás hace lo que se le da la gana con los $300.000 millones mensuales que recibe por este concepto.

Medimás entregó el pasado noviembre un contrato por $288.063 millones para el suministro de medicamentos de alto costo a la empresa Century Farma SAS, creada tres días antes y con capital suscrito de apenas $1 millón. Además, violó la resolución 1403 de 2007, pues esta “empresa de papel” no tiene cobertura nacional y solo posee oficina en Bogotá.

El Estado tampoco ha evitado el redireccionamiento de pacientes a prestadores de servicios que Medimás EPS busca favorecer , como es el caso de Gastroplús SAS, a la que le concentra el envío de pacientes de endoscopias, así como la concentración a otras IPS como Procardio, Miocardio y Corporación Nuestra IPS, que hacen parte de los propietarios de Medimás EPS.

La Superintendencia de Salud ha sido cómplice de ocultar contratos de publicidad para mejorar la imagen de Medimás EPS y que se estarían pagando con recursos de la unidad por capitación, provenientes de los aportes de los afiliados y del presupuesto nacional, en lugar de circunscribir dicha publicidad a campañas de prevención, vacunación e información relacionada con la prestación de servicios de salud. Mientras tanto, Medimás no paga a otras de sus IPS pues, aunque facturan a tiempo, no hace el desembolso efectivo, mermando la caja de hospitales y clínicas mientras jinetea financieramente esos recursos para sacar con qué pagarle al Gobierno el torcido negocio de Cafesalud.

Pero sospechosos contratos con empresas de papel y costosos gastos publicitarios para cooptar medios de comunicación también lo hicieron Pacific Rubiales, Odebrecht y Saludcoop durante los dos gobiernos de Uribe y de Santos: en eso son cónyuges sus respectivos candidatos presidenciales. Igualitos.

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