Energía solar desde la casa

Juan Pablo Ruiz Soto
10 de octubre de 2018 - 05:00 a. m.

Hoy es más barato gestionar infraestructura para producir energía sostenible que construir nuevas plantas contaminantes alimentadas por energía fósil. Entre 2010 y 2016, el costo de los paneles solares cayó en un 75 %, y sigue bajando. Según Bloomberg Technology, la energía solar no subsidiada es, desde finales de 2016, más barata que la energía producida con carbón o con cualquier otra fuente de energía.

Esto no significa que se deban apagar las termoeléctricas, pues sus costos operativos todavía son menores que construir un panel solar y conectarlo al sistema. Lo que económicamente sí es claro es que se no se deben construir nuevas termoeléctricas ni grandes centrales hidroeléctricas. El presente y el futuro están en las energías solar y eólica. La tendencia es que el carbón (antes) y el gas (después) desaparecerán de las matrices de generación de los diferentes países.

Colombia, como todos los países de ingreso medio, está aumentando su consumo de energía per cápita. Somos consumidores de energía, pero el calentamiento global nos exige ser más eficientes y responsables. Todo intento por generar nuevas infraestructuras energéticas tiene que ser consecuente con los problemas ambientales que enfrenta nuestro planeta. La crisis de Hidroituango es una lección que no podemos evadir: no debemos seguir construyendo grandes hidroeléctricas o plantas a base de combustibles fósiles, sino ocuparnos de que las que tenemos funcionen adecuadamente, y migrar decididamente a las nuevas formas de producción de energía. Este debe convertirse en un principio estatal innegociable.

En los países de la OCDE se han empezado a sustituir las termoeléctricas por energías solar y eólica. Las plantas y generadores nuevos deben tener como fuente sol, viento y vapor (aprovechando el calor proveniente del subsuelo). Es decir, las llamadas “energías renovables no convencionales” tienen que pasar a ser lo convencional. Diversas experiencias dan cuenta de que hoy esto es tecnológica y económicamente factible. No estamos hablando únicamente de grandes instalaciones de cientos de paneles solares en las llamadas granjas de energía solar: también existe la generación y el uso de energía solar para (y desde) los hogares. En la China, actualmente la mayor parte de los hogares en las ciudades obtienen el agua caliente con energía solar instalada en los techos de casas. En Estados Unidos hay varios oferentes que instalan los paneles solares para el uso familiar, asegurando no solo un flujo estable de energía, sino importantes ahorros en las cuentas de electricidad. Para señalar solo un caso, Tesla provee servicios estables de instalación y mantenimiento en 18 estados donde cada día nuevos hogares se suplen de energía solar. Esto incluye los acumuladores de energía, que les permiten usar la fuente solar también durante la noche. Además, si usted produce más energía de la que usa, le puede vender el exceso a la red.

A pesar de las barreras que hasta ahora han puesto los grandes productores de energía, todo indica que la energía solar producida desde los hogares se impondrá sobre la producida en grandes termoeléctricas e hidroeléctricas, cuyas ventas benefician a unos pocos. Y lamentablemente esta es la razón principal de que las fuentes alternativas no hayan tomado mayor fuerza Colombia. Es urgente reformar nuestra legislación y favorecer las fuentes alternativas renovables que se imponen en el mundo entero.

 

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