Fit versus Fat

John Duperly
19 de septiembre de 2018 - 10:20 p. m.

Ante la evidente epidemia de sobrepeso en todos los rincones de la tierra, surgen inquietudes sobre sus causas y consecuencias, pero sobretodo sobre las urgentes estrategias que logren controlar o por lo menos reducir la mitigar su magnitud e impacto en salud.

Parece redundante explicar nuevamente que la acumulación de grasa corporal se debe al simple y matemático resultado de un relativo exceso de energía ingerida con relación al reducido gasto calórico de la gran mayoría de seres humanos. La complejidad está en la difícil comprensión de los numerosos mecanismos biológicos y socioculturales que determinan tanto la ingesta como el gasto calórico.

Pero recientemente se han encontrado asociaciones aún más interesantes con relación a la salud. Es innegable que las enfermedades crónicas siguen en aumento y en general se asocian a sobrepeso, sedentarismo y hábitos nocivos como el consumo de alcohol y tabaco. Lo interesante, sin embargo, es entender cómo funciona en realidad la interacción entre los diferentes factores de riesgo, para quizás priorizar las estrategias de intervención y control. Por ejemplo, es más importante dejar de fumar o bajar de peso? La respuesta es sin duda erradicar el cigarrillo y los productos del tabaco de la faz de la tierra.

Pero la respuesta es menos obvia cuando hablamos de actividad o capacidad física (“fitness”) y sobrepeso o acumulación de grasa (“fat”). Este interesante dilema ha sido estudiado y aclarado en los últimos años. Tenemos claro, por ejemplo, que en general, las personas que se mueven más, consciente o inconscientemente, están más fit y acumulan menos grasa.

Pero los hallazgos más sorprendentes muestran que una persona delgada pero sedentaria y con una pobre condición física puede tener una mayor mortalidad, un mayor riesgo, que una persona con sobrepeso pero con buena condición física. El menor riesgo lo muestran entonces las personas con una mejor condición física, combinada con un peso normal.

Las implicaciones prácticas de estos hallazgos han llevado a las autoridades de salud pública a recomendar como una gran prioridad para toda la población, promover mayores niveles de actividad física para alcanzar un mejor fitness y reducir así el riesgo de más de 10 enfermedades como la diabetes, el infarto, la hipertensión, el cáncer entre otras. Por supuesto, si además de estar más “fit” se logra estar en un peso más bajo, tendremos un doble beneficio. Estar fit parece màs importante que no estar fat.

*www.johnduperly.com; @johnduperly

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