Comunidad y desarrollo

Futuro del cultivo de arroz

Uriel Ortiz Soto
19 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Hace poco Federarroz, en alianza con la revista Semana, celebró un foro en la ciudad de Ibagué con el fin de analizar lo que es el presente y el futuro del cereal, a la luz del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y la oferta y la demanda en el comportamiento del mercado nacional.

Debemos entender que antes de la firma del TLC, el cultivo y comercio del arroz en Colombia estuvo regulado más que todo por los mercados de la Comunidad Andina de Naciones, CAN, donde ha estado negociado con cero aranceles, sin embargo, cuando Venezuela abandonó el Pacto Andino, empezó a generarse gran incertidumbre, puesto que era uno de los proveedores más activos hacia Colombia en tiempos de escasez.

Lamentablemente, por este hecho se generó incertidumbre en el mercado, el Ministerio de Agricultura procedió a expedir varios decretos de abastecimiento sin mayor consistencia jurídica, siendo este el motivo por el cual se generó una ola de contrabando del cereal procedente de Ecuador y Perú, con impacto de legalización en las fronteras.

Antes del TLC con los Estados Unidos las hectáreas sembradas eran 434.000 y últimamente han bajado a 389.000, lo que indica una disminución en el cultivo de 45.000 hectáreas, cuando Colombia ha ocupado el puesto 24 en la producción mundial.  

Sería muy grave para nuestro país y el gremio arrocero que, no obstante tener algunas falencias, se vea disminuido el cultivo, puesto que la oferta y la demanda antes del TLC era suficiente para abastecer el mercado nacional. 

La oferta y la demanda del arroz en Colombia ha estado sometida desde siempre a los vaivenes de lo que es su cadena productiva, del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, no obstante, todo el tiempo que lleva funcionando no ha precisado cuáles deben ser las políticas regulatorias para que tanto productores como consumidores sepan a qué atenerse, especialmente cuando las cosechas arroceras son víctimas del cambio climático.

Por lo anterior valdría la pena que se realizara un estudio lo suficientemente serio con el fin de contrarrestar los efectos del TLC, brindando a pequeños y medianos productores garantías de insumos a bajos costos, pero sin que esto afecte los precios, puesto que sería lo mismo que maltratar al público consumidor.

Por esta razón el cereal, dada su importancia en la dieta de los colombianos, siempre ha estado en el huracán de los capos del contrabando, especialmente de los países circunvecinos del área andina: Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, que siempre se las ingenian, muchas veces en complicidad con las autoridades encargadas de ejercer los controles anticontrabando.

Debemos entender que el arroz es en tercera línea el producto más importante en la canasta familiar y la dieta de los colombianos, por eso siempre se ha mantenido en el ojo del huracán, puesto que, no obstante la suficiente producción, muchas veces se acude a la especulación y acaparamiento con el fin de lograr mejores precios.

Sin embargo, en materia de precios existe complicidad de parte del Gobierno y de los productores asociados, hablar del cultivo del arroz en Colombia es uno de los temas del agro más apasionantes, puesto que siempre se ha estado en desacuerdo debido a los monopolios del cultivo en manos de unos pocos que todo lo acaparan, en tiempos de cosecha son los que prácticamente imponen los precios y cuándo hay necesidad de importar los volúmenes de contingencia y los requisitos para tener derecho a un cupo de importación.

Considero que frente a la importancia de un producto que es básico en la canasta familiar y en la dieta de los colombianos se hace indispensable reestructurar su cadena productiva y colocar al frente de ella a un verdadero experto en la materia.

urielos@telmex.net.co

 

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