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Hágalo por su honor, Presidente

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Patricia Lara Salive
06 de agosto de 2008 - 02:08 a. m.
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VA A COMETERSE UNA BARBARIDAD: extraditar a Estados Unidos, por contrabandear pinches cinco kilos de cocaína, a quien confiesa que asesinó a 3.000 personas y quiere contar los secretos de la complicidad de militares, políticos y empresarios con las Autodefensas.

En efecto, Hebert Veloza García, alias HH, el paramilitar que les entregó a las autoridades la memoria (USB) del computador de Carlos Castaño (a propósito, ¿por qué no se habla de su contenido?) y ya se encuentra en el pabellón de los extraditables, relata en impresionante entrevista que le dio a El Espectador del domingo hechos que sería inaudito no terminar de investigar y castigar. Dice por ejemplo:

Sobre la USB de Castaño: “Entregué la USB (…) y me aislaron. Si entrego más información reabren Gorgona para meterme a mí. Es muy difícil contar la verdad (…). Son 9.000 archivos donde se habla de todo y hay muchas personas importantes”.

Sobre los políticos: “Hoy somos como la novia fea: en la noche nos acarician y en el día no nos voltean a mirar (…). El poder es muy bueno y los políticos hacen cualquier cosa para tenerlo”.

Sobre el asesinato de Jaime Garzón: “La información que se tuvo fue que él tenía vinculaciones con el Eln y que venía siendo intermediario entre familiares de secuestrados y esa guerrilla. Y fue gente del alto mando del Ejército quien dio esa información”.

Sobre el general Rito Alejo del Río: “Desconozco por qué no lo vinculan a ningún proceso. Sólo le doy un dato: cuando yo era el comandante de Urabá y él era el comandante de la Brigada 17, yo secuestré a dos personas que habían sido detenidas por el Ejército dentro de la Brigada. Las saqué de un calabozo (…) con complicidad. Yo me las llevé en un carro de la propia brigada, en un trooper rojo carpado (...). Eran del V frente de las Farc y habían secuestrado a una señora en Buenaventura. Yo entré a la Brigada, saqué las personas, las llevamos hasta Buenaventura y las desaparecimos. (…). El general Rito Alejo bajó donde Carlos Castaño muchas veces y se reunieron en fincas en límites entre Córdoba y Urabá. La Fuerza Pública estaba muy amarrada para combatir a la guerrilla y nosotros usábamos los mismos métodos de la subversión. Nuestros resultados iban en beneficio del Ejército. Es más (…) yo patrullé con el coronel Byron Carvajal en 1995 y combatimos a la guerrilla (…). Yo andaba como Pedro por su casa. Entraba a brigadas, a cuarteles de Policía, hacía lo que quería”.

Sobre los cadáveres: “En Urabá, cuando empezamos, todos los cuerpos se dejaban donde se mataba a la gente. Pero la Fuerza Pública protestó y pidió que siguiéramos trabajando, pero que desapareciéramos los cadáveres. Por eso se implementaron las fosas comunes… (Es que) se subían mucho los índices de mortalidad y no convenía (…). Yo transité libremente en una Hilux blanca, que llamaban ‘camino del cielo’ y asesinábamos todos los días, en todos los municipios de Urabá. La única que denunciaba era Gloria Cuartas”.

Sobre las víctimas: “Las grandes víctimas serán las víctimas que se van a quedar sin verdades (...). Es necesario contar la verdad de esta guerra donde sólo se beneficiaron los ricos y perdieron los pobres”.

Presidente Uribe: usted, que le rindió tan sentido homenaje al general Rito Alejo no puede permitir que Veloza se vaya ahora sin que termine de contar su verdad. Acepte su pedido de demorar su extradición. Hágalo por el bien de la Patria. Pero hágalo, además, por el de su propio honor, pues usted era el gobernador de Antioquia en esa época.

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