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Inaceptables palos en la rueda

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Aura Lucía Mera
06 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.
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A pesar de la Conferencia Internacional por la Paz del 26 de septiembre, en la que participaron las Naciones Unidas, cuatro premios nobel, garantes del Acuerdo de Paz, parlamentarios de la Unión Europea, la Comisión de la Verdad, la JEP, expresidentes y un representante del Gobierno, por debajo de cuerda se sigue torpedeando la paz, sin querer queriendo. Marrullas, verdades a medias, cifras que no corresponden a la realidad. ¡Inaceptable y vergonzoso!

Basta leer las afirmaciones de uno de los integrantes de la Comisión de la Verdad, Alejandro Valencia, para descubrir la farsa que hay tras bambalinas y las patrañas de fondo que existen para hacer trizas la paz, por trocitos, como carne desmechadita escondida dentro de un tamal, para que no nos demos cuenta, a menos que sigamos el proceso con lupa.

Abro comillas: “La falta de información por parte de las entidades públicas acarrea obstáculos concretos al cumplimiento de nuestra misión, la cual esclarece lo ocurrido con base en un ejercicio de verificación y constatación serio y profesional de las fuentes”. “Se han enviado 14 tipos de solicitudes al Ministerio de Defensa y la Policía, y existe una ausencia de información oficial, privando a la sociedad del derecho sagrado a conocer la verdad de lo ocurrido, dilatando, negando, dejando vencer los términos. Hay inobservancia de las normas de manejo de archivos. Se han destruido documentos importantes por órdenes directivas, como una práctica institucionalizada”.

“Si esto continúa, se deberán iniciar las acciones administrativas y legales pertinentes para hacer valer los derechos de las víctimas. El compromiso con las víctimas es sagrado”.

Repito: inaceptable. Menos mal tenemos toda la comunidad internacional con los ojos encima... Y este Gobierno, que ya cumple dos años de ineptitud y verdades a medias, se está dando cuenta de que el proceso y su implementación están blindados y que es de obligatorio cumplimiento constitucional. La paz no está sola. Como le dijo el expresidente Santos al papa Francisco: “Aquí le entrego esta paloma para que ya aprenda a volar sola”. No más engaños ni mentiras trampistas-trumpistas-duquistas a los colombianos, a las víctimas, a los que entregaron las armas para reintegrarse a la sociedad, a todos aquellos que “ya no tienen fuerzas para recoger más muertos”, como afirmó Leyner Palacios, sobreviviente de la masacre de Bojayá y actual integrante de la Comisión de la Verdad.

Y a propósito de Leyner Palacios: hace casi 20 años fue testigo de la masacre más brutal y demente de este historial de sangre que llevamos a cuestas: Bojayá, Chocó. Más de 100 personas, hombres, mujeres, niños, refugiados en la iglesia, víctimas de una confrontación entre Farc y paramilitares, víctimas inocentes que quedaron reducidas a cenizas cuando la bomba cayó dentro del sagrado recinto. 28 familiares suyos fallecieron. A sus 20 años le tocó ver cómo su vida entera se derrumbaba en un segundo, cómo sus seres amados se retorcían entre las llamas, cómo su pueblo se convertía en un infierno.

Jamás pensó en huir ni alimentarse de los pensamientos de odio y venganza. Se consagró a luchar por su pueblo, por sus sobrevivientes, por rescatar la memoria de sus muertos, los suyos y los de Colombia. Inició su carrera de Derecho y su meta de alcanzar un país en paz. En la entrega del Premio Nobel de la Paz al entonces presidente Santos, Leyner Palacios tuvo un reconocimiento especial como símbolo de resistencia y reconciliación.

No ha transitado un camino de rosas. Además de llevar su dolor personal como herida indeleble, ha recibido toda clase de amenazas de muerte y su familia también. Se vio obligado a dejar su tierra natal cuando recibió la carta: “O se va o lo matamos”. En Cali, en una visita, asesinaron a su escolta, tres meses después de que el actual Gobierno le prometiera “protección y seguridad”. Más amenazas después de estrenarse el documental Bojayá, entre fuegos cruzados.

Sus palabras el 26 de septiembre en la Conferencia Internacional sacaron lágrimas: “Ya no tenemos fuerzas para recoger más muertos”. Todavía no sabía que sería el elegido, después de un riguroso examen de más de 70 candidatos para reemplazar a Ángela Salazar, fallecida a causa de la maldita pandemia, en la Comisión de la Verdad.

Leyner tiene 44 años. 20 dedicado a la reconciliación y a la verdad. Sus palabras cuando fue nombrado: “Ángela no tiene reemplazo. Tendrá conmigo un amigo que continuará su legado”. Así es Leyner: alegre, sencillo, honesto, con un corazón gigante donde no caben el odio, la venganza ni el rencor. Y un valor y un coraje que ya lo quisieran los enemigos cobardes de la paz y los sicarios a sueldo que lo persiguen para matarlo.

Felicitaciones. La paz no está sola. Colombia quiere y merece vivir en paz. Todos somos hermanos. No queremos más sangre ni más mentiras. ¡Exigimos paz y verdad!

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Alberto(3788)07 de octubre de 2020 - 12:41 a. m.
No me parece que sea "sin querer queriendo", es de manera desfachatada, con fuerza bruta y sin atenuantes. Tiranía fascista, gobierno ilegítimo, comprado con votos de narcos.
juan(9371)06 de octubre de 2020 - 11:28 p. m.
Muy bien, todo lo has dicho admirada Señora.
Francisco(82596)06 de octubre de 2020 - 08:44 p. m.
Hola, amigos. Me admira el nivel que muestra el que se denomina ATENAS, en cada una de sus intervenciones. Ni un argumento, ni una idea, ni una razón, ni un concepto bien expresado. Solo ataques, insultos tontos, remoquetes, diminutivos, palabrillas baratas que no hacen sino mostrar el fanatismo devaluado de una causa perdida. Haga caso a su gran sibila: estudie, carajo, que eso no le hace daño.
Klim(d3hga)06 de octubre de 2020 - 08:06 p. m.
No, no fue "una confrontación entre Farc y paramilitares". Fue la demostración palmaria que a esos de las FARC no les importaba un pepino el pueblo de Bojayá y ningún otro. A propósito, Colombia dijo NO a ese espurio acuerdo con bandidos a cambio de una medallita. Y La Paz, que yo sepa, es la capital administrativa de Bolivia y eso nadie lo discute.
Hernan(7821)06 de octubre de 2020 - 04:19 p. m.
Aura Lucia, clara, magistral y concisa su columna. Usted es una mujer valiente.
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