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La concepción Estado-céntrica desaprovecha el potencial de la sociedad para contribuir al cambio social.
Tenemos una imaginación recortada de cómo lograr que la sociedad avance: básicamente pensamos en el Estado y el Gobierno. No obstante la evidencia diaria de sus limitaciones.
Nos falta sociedad civil independiente de la política en nuestra forma de pensar la gestión del cambio. Y luego nos falta no seguir haciendo lo mismo: innovar.
Cada política pública debería estimular la innovación social, y esta llevar a nuevas políticas públicas. Mientras esto pasa, sin embargo, la innovación social puede autogenerarse en la sociedad civil.
Un ejemplo está ocurriendo en el Pacífico, con centro en Cali. El problema ha sido la formación de capital humano dirigente y competitivo de los municipios del litoral en Valle, Cauca, Nariño y Chocó.
Múltiples escollos impiden el acceso a la educación superior de calidad y a las oportunidades asociadas que consolidan la movilidad social. Estos más de 50 municipios, de distintos tamaños, ven pasar las décadas sin que surja una masa crítica de líderes en distintos campos que jalone su progreso.
La Universidad Nacional de Colombia, con el programa Peama en Tumaco (donde cursan hasta tres semestres antes de trasladarse a una sede andina); la Universidad del Valle, con su sede en Buenaventura; Ser Pilo Paga, con alrededor de 400 beneficiarios y grandes empresas con becarios (como Sura, Gases de Occidente y TecnoQuímicas) son hasta ahora la solución.
El reto obvio es disminuir la deserción, que puede ser del 50% por cohorte. El reto menos obvio es buscar darles un entorno de inclusión e incentivos de autoinclusión para desarrollar su potencial individual con una perspectiva de compromiso con sus lugares de origen.
Ayudar a enfrentar ambos retos desde la sociedad civil y el sector privado es uno de los dos propósitos de la “Gala de vallecaucanos en Afrocolombianos del Año, encuentro de pilos mayores y menores por el progreso del Pacífico”, este jueves 8 de marzo en el Club Colombia de Cali.
El Estado sencillamente no tiene la capacidad para (ni debería encargarse de) una “Estrategia de Acompañamiento y Seguimiento a los Pilos del Pacífico para Cero Deserción y Logros Altos, 2018-2022”, cuya ejecución requiere la coordinación de múltiples aportes en la sociedad.
Coordinación similar a la que requirió la fase previa, 2015-2017, Semilleros de aspirantes a Ser Pilo Paga, que identificaron en grados noveno y décimo a 86 futuros pilos y los apoyaron en su preparación para Saber 11 y la vida universitaria, en un esfuerzo liderado por Fundación Color de Colombia.
Una estrategia así exige integración, romper barreras reales o imaginarias. Innovar. En el Club Colombia, hábitat de "cacaos", van a compartir en mesas redondas personas de distintos orígenes y condiciones para escuchar a líderes del llamado Establecimiento, a afrocolombianos destacados exaltados por El Espectador y a jóvenes pilos que comienzan a soñar en grande.
La primera gran empresa que ha dicho “yo aporto” es la Compañía de Puertos Asociados-Compas S.A. Consorcio Ciudadano, liderado por Antonio de Roux y Julián Garcés, apoya la convocatoria. El alcalde Armitage estará con su gerente de Ingenio, director jurídico de Siderúrgica y secretarios de gabinete como muestra de inclusión basada en capacidades. El Semillero del Pacífico de la Universidad de los Andes ya está aportando.
La Zona Franca del Cauca invirtió en la fase previa de Semilleros, lo mismo que el médico y empresario caucano Gustavo Aguilar. El Programa de Inclusión para la Paz de USAID ha anunciado un pequeño aporte.
Así que la comunidad de Pilos del Pacífico 2032 (y pilos no son únicamente los del programa del gobierno) sabe que tendrá un entorno influyente de respaldo para entrar a la conversación nacional e internacional sobre la cuarta revolución industrial y los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, pensando en su gente, sus regiones y el país.
Sus acciones diarias conducentes a las ocho metas académicas y culturales propuestas para el pregrado serán premiadas, porque en estos tiempos a los jóvenes casi que hay que pagarles por hacer lo que les conviene.