Iván Duque: ¿presidente en la primera elección?

Hernán González Rodríguez
16 de marzo de 2018 - 06:30 a. m.

Las elecciones del pasado 11 de marzo se caracterizaron por el sinnúmero de sandeces y tropicalismos sin precedentes. Comienzo por censurar las listas abiertas o preferentes en las cuales el ciudadano votaba por un partido y por alguno de los candidatos de la colectividad, o solo por el partido, o solo por un candidato. Las listas abiertas o preferentes a la colombiana exigieron elaborar dos tarjetones de dimensiones colosales para votar por Senado y por Cámara, repletos de diminutos numeritos encasillados en cada uno de los renglones asignados a los candidatos de los partiditos políticos. Incontables colombianos y jurados de votación no comprendieron esto.  Tales tarjetones son dignos de exponer en el museo de la antidemocracia.

En las tradicionales listas cerradas, el partido o movimiento político inscribe una lista con el fin de que el elector solo vote por la respectiva colectividad. Apremia modernizar la democracia interna de los partidos para adoptar las listas cerradas y simplificar los procesos electorales.

La Registraduría no proveyó los tarjetones suficientes para realizar las consultas internas, en especial, la encabezada por Iván Duque. Faltaron los tarjetones en muchísimas más de las 26 mesas que reconoce el cuestionado Registrador, Juan Carlos Galindo. Pese a todos los inconvenientes aludidos, considero que los resultados son positivos, aunque todavía plantean grandes incertidumbres.  

Como es sabido, en la consulta de Iván Duque se depositaron para los tres participantes en ella, seis millones de votos, y para los dos en la de Gustavo Petro solo 3,4 millones.  El total de votos depositados el 11 de marzo ascendió a los 17,5 millones.  Por mis cálculos a continuación, no estimo muy difícil que por Duque voten entre 7,5 y 8,5 millones en la primera vuelta para la presidencia el próximo 27 de mayo

En estas politizadas elecciones contra Duque se registró algo sin antecedentes, se dilapidaron 3 millones de votos por estar en blanco, con tachaduras o porque fueron anulados por los jurados.  Estos 3 millones superaron la votación de cualquiera de los partidos participantes. En mi ingenuidad política, estimo que los 6 millones ya obtenidos en la consulta de Duque son votos fijos, que no disminuirán, por el contrario, se aumentarán, por aquello de que “en política, cuando se comienza a vencer, uno más uno no suman dos, sino que suman tres”. Y, más aún, cuando emergen las amenazas de la izquierda fariana y de la izquierda antisistema de Gustavo Petro.  Además, si mal no recuerdo, 6 millones fueron los votos ya obtenidos cuando el NO del Plebiscito.

En síntesis, de los 3 millones dilapidados, un millón bien podría votar por Duque presidente en un tarjetón sencillo. Del incoherente Partido Conservador podrían captarse otros 0,7 millones, atraídos por la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, conservadora de tradición. Del Partido de la U, en franca disolución, no considero imposible atraer otros 0,3 millones de votos. En suma, a los 6 millones fijos de la consulta les adicionaríamos no menos de 2,0 millones de ciudadanos clarividentes -no de congresistas- para unas elecciones presidenciales donde tradicionalmente se vota menos que en las elecciones para Congreso.

 Así las cosas, Iván Duque y Marta Lucía Ramírez ganarían con más del 51% de los votos depositados. Si fallaren mis cálculos, espero que pase Iván Duque a la segunda vuelta electoral enfrentado a Germán Vargas y no a Gustavo Petro. 

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