A James no se le ven las ganas

Antonio Casale
02 de marzo de 2020 - 04:21 p. m.

Traer a James Rodríguez a la convocatoria de la selección de Colombia, para los juegos ante Venezuela y Chile que marcarán el inicio de las eliminatorias, ha dividido el entorno futbolero nacional. El encargado de tomar la decisión, Carlos Queiroz, no se compromete en sus declaraciones. Recuerdo que El Bolillo Gómez y Francisco Maturana no dudaban un segundo en respaldar a René Higuita, a Carlos El Pibe Valderrama o a Faustino Asprilla independientemente de su situación física, emocional o la actualidad que vivieran en sus clubes.

Traer a James Rodríguez a la convocatoria de la selección de Colombia, para los juegos ante Venezuela y Chile que marcarán el inicio de las eliminatorias, ha dividido el entorno futbolero nacional. El encargado de tomar la decisión, Carlos Queiroz, no se compromete en sus declaraciones. Recuerdo que El Bolillo Gómez y Francisco Maturana no dudaban un segundo en respaldar a René Higuita, a Carlos El Pibe Valderrama o a Faustino Asprilla independientemente de su situación física, emocional o la actualidad que vivieran en sus clubes.

Eso no pasó con Queiroz, quien dijo que al igual que con todos los jugadores que no actúan en sus clubes, él está comprometido con ayudarles. Lo metió en la misma talega de los demás. James es probablemente el futbolista colombiano más exitoso de toda la historia, pero en las últimas cuatro temporadas su rendimiento se ha venido a menos. Tanto, que ya no es tenido en cuenta en la nómina de convocados de Real Madrid para los juegos importantes. James no se pronuncia ni en la cancha ni fuera de ella.

Los números no lo avalan. Apenas ha jugado un puñado de partidos esta temporada con un lamentable balance de dos asistencias y un gol. Se perdió todos los ensayos posteriores a la Copa América de Brasil en la que, sin ser el de antes, fue determinante en las victorias frente a los locales y Catar. Después, el día de la eliminación ante Chile, fue un fantasma.

Y no culpemos más a Zinedine Zidane. Si algo necesita el francés es alguien que mejore el nivel de su equipo, que respiró un poco con el triunfo ante el Barcelona. Y si James no cabe en esta versión desmejorada del Madrid, es porque anda muy mal.

Si de proteger al ídolo se trata, lo más prudente parece ser no traerlo. Esperar a la Copa América en la que seguramente tendrá varios días de trabajo junto a la selección para que se reconecte con lo que quiere el técnico. Pero llamarlo ahora sería exponerlo. El problema no es de Zidane, ni de Queiroz ni del esquema que ellos quieran imponer. El principal enemigo de James es el propio James. Ni siquiera estos últimos días tan convulsionados lo han hecho reaccionar. Uno esperaría que si se muere por estar en la selección y la versión que dice que si no le aseguran titularidad no viene, por lo menos la desmintiera pública y enfáticamente. Pero ni en el Madrid ni en la selección, la realidad es que a James, como dice la canción, no se le ven las ganas.

 

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