James y Falcao

Luis Fernando Montoya
03 de octubre de 2019 - 02:00 a. m.

“El compromiso es un acto, no una palabra”, Jean-Paul Sartre.

Estos dos grandes jugadores de nuestro fútbol pasan por momentos diversos que los han llevado a no ser tenidos en cuenta por el profesor Carlos Queiroz para los partidos amistosos que pasaron y los que se van a jugar en octubre. Seguramente él, la Federación y los jugadores saben la verdad de lo que está sucediendo.

Un grande es una persona individualista con la disciplina mental para aprender y aplicar las capacidades del trabajo de equipo y con la fortaleza para equilibrar la inflexible concentración en los objetivos de la misión con la capacidad para improvisar sobre la marcha.

Radamel Falcao García es un hombre marcado por su excelente comportamiento como persona y como profesional, referente para los jugadores jóvenes de nuestro país por su autocuidado, su ejemplar comportamiento en las canchas de fútbol donde se ha desempeñado, por el compromiso mostrado en sus equipos y en las selecciones de Colombia, así como su capacidad resiliente para enfrentar, superar y mejorar las adversidades que se le han presentado durante su carrera deportiva, como antes del Mundial de 2014 en Brasil. Su edad avanza, como a todos nos sucede, por eso su rendimiento no es el mismo. Las lesiones lo han mermado. Su partida al fútbol turco se ha convertido para él en un gran compromiso, máxime lo mostrado por toda la afición del Galatasaray, en que su período de adaptación llevará tiempo y paciencia. Encontrará el mejor camino para volver a ser convocado a la selección, por todo lo que representa para el fútbol colombiano. Esperamos verlo en las próximas convocatorias y para los partidos de las eliminatorias rumbo a Catar 2022.

James Rodríguez inició el proceso deportivo muy joven en nuestro país y se fue en plena etapa de maduración física y psíquica a jugar a un país de temple como Argentina. Logró, luego de mucho esfuerzo, salir adelante y empezar ese caminar del alto rendimiento, en pleno ciclo de maduración personal. El punto de quiebre fue su excelente rendimiento en el Mundial de Brasil, que le dio la opción de ir al Real Madrid, con los altibajos conocidos. Le ha costado a nivel personal retomar su nivel futbolístico. Las lesiones, el autocuidado, el resolver asuntos personales, entre otros asuntos, lo han privado de volver a estar en las convocatorias de nuestra selección. Seguramente con su entorno estará revisando los temas anteriores para que cuando esté al ciento por ciento vuelva a defender la tricolor, como lo ha hecho en varias oportunidades, dándole muchas alegrías al pueblo colombiano.

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