Hace unos meses escribí una columna sobre la carga que tienen las mujeres en la “pensadera” del hogar. Hacía énfasis en que es la mujer quien se acuesta rumiando cómo organizar las tareas del hogar, mientras que su pareja sigue el plan pensado por ella. Hablaba también de cómo ese “desdén silencioso” que se esconde detrás de un par de acciones que demuestran “ayuda” es muy difícil de identificar y sobre todo de verbalizar. Después de escribir la columna, varias amigas me comentaron lo complejo que era negociar esta carga con sus parejas, pues la defensa de los hombres es casi siempre: “Dime qué quieres que haga y lo hago”. Y es difícil hacerles entender que lo que se está pidiendo es que piensen solos lo que hay que hacer.
Lee este contenido exclusivo para suscriptores
La carga de anticipar y monitorear el hogar
24 de abril de 2021 - 03:00 a. m.