La falsa Operación Jaque

Santiago Villa
04 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Los negociadores de la Operación Jaque fueron quienes más tarde lideraron el proceso de paz con las Farc. Los héroes anónimos no son solamente los militares que se disfrazaron (algunos, violando convenios internacionales, con distintivos de uso privativo de la Cruz Roja Internacional), sino también lo fueron los funcionarios y abogados de Colombia y Estados Unidos que tejieron la verdadera Operación Jaque.

El gran operativo no fue una victoria de engaño militar, como se ha vendido, sino un sagaz golpe diplomático y negociador que, sin duda, tuvo muchos componentes de inteligencia, pero no como se los han vendido al público colombiano.

Según consta en cables diplomáticos revelados por Wikileaks en el año 2011, ver aquí y aquí, Juan Manuel Santos, entonces ministro de Defensa, encargó a Sergio Jaramillo, entonces viceministro, que negociara con el comandante del Frente 1 de las Farc, alias César, y su lugarteniente, alias Gafas, la liberación de Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y 11 militares y policías secuestrados.

La historia fue así. Alias Doris Adriana, la compañera sentimental de César, fue capturada cerca de la frontera con Venezuela. Este fue el paso inicial, pues mediante ella fue posible llegar a César, bajo cuyo poder estaban los secuestrados más valiosos para la guerrilla de las Farc y el Estado colombiano. Agentes de seguridad del Estado la convencieron de que, a cambio de diez millones de dólares y la posibilidad de iniciar una nueva vida con la identidad cambiada por fuera de Colombia, ayudara a que César se entregara y liberara a los secuestrados.

César contactó a abogados en Bogotá especializados en temas de extradición y entregas a la justicia estadounidense, para que hicieran de apoderados para negociar la entrega con el gobierno de los Estados Unidos. El trato que se estaba haciendo era que entregarían los secuestrados, y Doris Adriana junto con César saldrían de Colombia bajo la figura de la extradición.

El montaje de la Operación Jaque no se hizo para engañar a César, quien tenía a los secuestrados, sino para engañar, primero, al Secretariado de las Farc, y más que todo a la tropa bajo el mando de César, pues su gente impediría que el comandante traidor entregara secuestrados a las Fuerzas Armadas colombianas.

La idea de que llegaran helicópteros blancos de la Cruz Roja y una misión humanitaria, por lo tanto, no fue de los militares colombianos, sino del comandante del Frente 1 de las Farc, que necesitaba engañar a sus hombres para poder entregarse con los secuestrados. Para ello tenía que involucrar a su hombre más cercano: el lugarteniente Gafas.

A los militares colombianos que participaron en la Operación Jaque no se les dijo la verdad. Les dijeron la historia oficial: que se habían interceptado unas comunicaciones, que César y Gafas estaban engañados, y que ellos iban a recibir unos secuestrados en la operación de inteligencia militar más intrépida que jamás hayan realizado las Fuerzas Armadas.

Esto no quiere decir que no merezcan méritos. Arriesgaron la vida. En cualquier momento pudo haberse desatado una balacera y, a excepción del piloto del helicóptero, ninguno de ellos llevaba armas. Su trabajo fue admirable. Se necesita una valentía, entrega y compromiso enormes para hacer ese operativo. Sí, por supuesto que son héroes.

Pero los secuestradores no estaban engañados y la Operación Jaque no fue una operación 100% colombiana, como dijo Juan Manuel Santos.

Estados Unidos participó desde el principio en la Operación Jaque. Entre ese gobierno, el de Francia y el de Colombia se coordinó la millonaria recompensa y la salida de César y Doris Adriana de Colombia.

Quizás los que menos méritos merecen son los generales Freddy Padilla de León y Mario Montoya, que tuvieron la suerte de gozar con el oportunista baño de gloria propio de una operación falseada.

Doris Adriana fue extraditada a Estados Unidos por cargos risibles: venderles un GPS a las Farc, organización catalogada como terrorista por el gobierno americano. En un video grabado por el Inpec antes de que Doris Adriana abordara el avión en el que fue extraditada a Estados Unidos, y que es parte del procedimiento carcelario, una funcionaria le pregunta: “¿Cómo se siente ahora que va a trasladarse a una cárcel en el extranjero?”. Doris Adriana responde: “Muy bien porque allá voy a solucionar todos mis problemas”. Es la extraditada más feliz de la historia colombiana, o la segunda más feliz.

El más feliz es César, que incluso sonríe cuando lo están llevando al avión rumbo a los Estados Unidos. A diferencia de lo que se ha dicho en estos días, no está comprobado que César se halle en una cárcel estadounidense. No existe en ningún registro carcelario.

La historia de la Operación Jaque que cuentan los medios de comunicación y los comunicados oficiales es una bonita historia de ficción elaborada por Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. La historia real es mucho más interesante. Es la antesala de las negociaciones de paz con las Farc.

Operación Jaque: una jugada no tan maestra, es el documental que yo produje y el periodista Gonzalo Guillén dirigió. En él hablan algunos de los principales abogados que participaron en esta negociación. Fue emitido en el 2011 por fuera de Colombia y ahora, que se cumplen diez años de la Operación Jaque, hemos reeditado y añadido testimonios nuevos para lanzarlo de nuevo en internet. Pueden verlo de forma gratuita en este vínculo.

Twitter: @santiagovillach

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